lunes, 24 de marzo de 2025

J. Vicens Vives
APROXIMACIÓN A LA HISTORIA DE ESPAÑA
Barcelona, 1986, VICENS-VIVES.




“Sólo más tarde Castilla comprobaría que la riqueza de un país es la base de toda política exterior afortunada; que una economía sana compensa mil batallas perdidas. Carlos I, monarca ecuménico, educado en el ambiente mercantil de Flandes, pudo haber dirigido la Monarquía hispánica en otro sentido (y así lo intentó al liberalizar el comercio americano en 1529); pero sus ambiciones le convirtieron en un forzado depredador de la riqueza castellana. Las guerras contra Francisco I de Francia revelaron la potencialidad de sus recursos, establecieron la hegemonía española en Italia tras la batalla de Pavía (1525) e iluminaron el continente con el esplendor de la coronación cesárea de Bolonia (1529). Pero ni lograron avasallar a Francia, ni atemorizar a los protestantes alemanes, ni frenar a los turcos osmanlíes, ni incluso detener la arrogancia de los berberiscos en las costas mediterráneas. Carlos I hizo su propia política, muchas veces vinculada al sentido heroico de lo borgoñón y al liberalismo erasmista y, por tanto, incomprensible para las altas esferas españolas. Pero de esta gran salida de Castilla a Europa del brazo del emperador, aquélla regresó a sus lares con una acentuada francofobia, un odio concentrado contra la heterodoxia y un desprecio mayúsculo respecto a la perversa y deslumbrante sociedad europea.
   La arremetida calvinista —un credo, un dogma, una mentalidad tan absoluta como los católicos— halló a Castilla en plena reacción espiritual. Gracias a un rígido encuadre del país bajo Felipe II (1556-1598), fue posible convertirlo en centro de la resistencia ortodoxa en toda Europa, con un papel a menudo divergente de las propias miras del Pontificado. Castilla se cerró a las influencias del exterior, escrupulosamente fiscalizadas por la Inquisición y los tribunales administrativos; incluso se prohibió a los hispanos estudiar en las Universidades extranjeras, salvo Bolonia. Ése fue el viraje de 1572, la impermeabilización de España. De este modo se extinguió el compromiso intentado por la intelectualidad de las dos generaciones anteriores, en las que la defensa de la pureza de la fe, la inquebrantable ortodoxia, no habían vedado fecundísimas incursiones en el campo del humanismo occidental —pongamos por ejemplo Cisneros, Vives, Vitoria—. La unidad religiosa llenó en aquel entonces los huecos del pluralismo político, patentes en la obra de los Reyes Católicos.” (pp. 110-111)

Dum Dum Pacheco
MEAR SANGRE
Palma de Mallorca, 2021, Autsaider.

 

“A través de estas cosas que me ocurrían llegué a hacerme muy desconfiado y siempre me ha ido muy bien desconfiando de la gente. Sobre todo en prisión, donde el más tonto se hace un reloj de madera. Yo aún sigo desconfiando en la calle. Y tengo mis motivos para hacerlo. Por ejemplo, puedo contar el caso de uno de mis amigos, por el que yo me había partido la cara en prisión. Cuando salimos en libertad él iba con otro muchacho. Un día discutí yo con este último en un baile. La discusión se elevó de tono. Yo veía que me iba a dar. Me adelanté y le di un puñetazo. Entonces mi amigo, que estaba detrás, cogió una botella y me dio un golpe tremendo dejándome casi sin sentido. Por lo visto era amigo del otro más que mío. Después de estas cosas...¿cómo iba yo a confiar? Creo que es muy difícil sentir esto en mi ambiente, aunque a veces pienso que debe ser muy bonito poder fiarse de alguien, pero... ¿dónde está ese alguien? Eso se encuentra, no se busca.” (p. 81)


 

Henry R. Haggard
LAS MINAS DEL REY SALOMÓN (II)
Madrid, 1995, Anaya.

 

“Hizo una pausa y después prosiguió con uno de esos extraños accesos de elocuencia retórica en la que a veces se complacen los zulúes que, a mi entender, a pesar de sus vanas repeticiones, demuestran que esa raza no carece en absoluto de instinto poético y fuerza intelectual.
   -¿Qué es la vida? Decídmelo vosotros, oh hombres blancos, que sois sabios, que conocéis los secretos del mundo, y el mundo de las estrellas y el mundo que está por encima y alrededor de las estrellas; vosotros que transmitís las palabras desde lejos sin voz; decidme, hombres blancos, el secreto de vuestra vida: a dónde va y de dónde viene. No podéis contestar; no lo sabéis. Escuchadme; yo sí puedo contestar. Venimos de la oscuridad; a la oscuridad vamos. Como un pájaro llevado por la tormenta en la noche, volamos salidos de la Nada; nuestras alas se ven durante unos momentos a la luz de la hoguera y hete aquí que regresamos una vez más a la Nada. La vida no es nada. La vida lo es todo. Es la mano con la que nos defendemos de la Muerte. Es la luciérnaga que brilla en la noche y oscurece por la mañana; es el aliento blanco de los bueyes en invierno; es la pequeña sombra que atraviesa la hierba y se pierde al caer el crepúsculo.” (p. 56)

Joyce Carol Oates
RIESGOS DE LOS VIAJES EN EL TIEMPO
Barcelona, 2019, Alfaguara.


“Qué extraño estar escribiendo. Se necesitaba una habilidad llamada coordinación mano-ojo, destreza que prácticamente había desaparecido cuando yo nací, aunque mamá y papá habían insistido en enseñarnos a Roddy y a mí cómo escribir. Y también era extraño leer libros con «páginas» de papel que se pasaban con los dedos y que, si querías, podías arrancar; pero no requerían «electricidad» para su mantenimiento, ni tampoco un medio electrónico.
   Lo más extraño era la biblioteca de la universidad: un enorme edificio de piedra con numerosos pisos, algunos incluso bajo tierra, llenos de sucesivas hileras de «estanterías» que contenían «libros» que se podían tocar y abrir con las manos. Y las salas de lectura, de techos altos, con miles de luces y suelos encerados..., ¡y con alumnos!” (p. 87)
[Las cursivas pertenecen al texto.]

Henry R. Haggard
LAS MINAS DEL REY SALOMÓN (I)
Madrid, 1995, Anaya.



“Y ya sólo me resta disculparme por lo burdo de mi modo de escribir. La única excusa que puedo presentar es que estoy más acostumbrado a manejar un rifle que una pluma, y que no puedo aspirar a los altos vuelos y adornos literarios que observo en las novelas (porque a veces me gusta leer una novela). Supongo que son deseables -esos vuelos y adornos-, y lamento no ser capaz de proporcionarlos, pero al mismo tiempo no puedo evitar pensar que las cosas sencillas son siempre las que más impresionan, y que los libros son más fáciles de entender cuando están escritos en un lenguaje sencillo, aunque quizá no tenga derecho a dar mi opinión sobre este tema. Dice un refrán kukuana que «una lanza afilada no necesita brillo», y basándome en el mismo argumento, me atrevo a esperar que una historia verídica, por muy extraña que sea, no necesita el adorno de las bellas palabras.” (p. 8)

David Graeber y David Wengrow
EL AMANECER DE TODO. UNA NUEVA HISTORIA DE LA HUMANIDAD (V)
Barcelona, 2022, Ariel.

 

“Los teóricos sociales tienden a escribir acerca del pasado como si todo lo que sucedió se hubiese podido predecir de antemano. Esto es bastante deshonesto, dado que todos sabemos que cada vez que intentamos predecir el futuro fracasamos, y esto es tan cierto para los teóricos sociales como para todos los demás. Sin embargo, es difícil resistirse a la tentación de escribir y pensar como si el actual estado del mundo, a inicios del siglo XXI, fuera el resultado inevitable de los últimos 10.000 años de historia, mientras que, en realidad, evidentemente, tenemos poca o ninguna idea de cómo será el mundo en 2075, por no hablar de 2150.
    ¿Quién sabe? Tal vez, si conseguimos prosperar como especie y un día miramos hacia atrás desde este futuro aún imposible de conocer, aspectos del pasado remoto que hoy nos parecen anomalías —burocracias a escala comunitaria; ciudades gobernadas por consejos de barrio; sistemas de gobierno en los que las mujeres ocupan mayoritariamente las posiciones preeminentes; formas de gestión agrarias basadas en el cuidado, y no en la propiedad y la extracción— parecerán los descubrimientos realmente importantes, y las grandes pirámides de piedra y las estatuas, meras curiosidades. (…) Los científicos de 2020 no están (como habrían creído los lectores de ciencia ficción de mediados del siglo XX) hallando civilizaciones alienígenas en sistemas estelares distantes, pero si están encontrando sistemas sociales radicalmente diferentes bajo sus propios pies, algunos olvidados hace tiempo; otros, más familiares, pero ahora comprendidos de modos totalmente nuevos.” (pp. 640-641)

Rafael Chirbes
CREMATORIO
Barcelona, 2017, Anagrama.



“Es de noche. En esta época del año la playa aparece oscura y silenciosa. No despiden ninguna luz las ventanas de los apartamentos que la bordean, y apenas se oye el chapoteo del mar, como si fuera de una sustancia más densa que el agua. Sólo un leve cabrilleo fosforescente permite distinguir la incierta línea de separación entre lo sólido y lo líquido, el lugar en el que las ondas alcanzan la arena. Siguiendo esa línea, en dirección al sur se encienden las líneas de la ciudad, y las que ascienden por las laderas de la montaña, que  trechos forman rosarios, se concentran o dispersan. En esta zona, quedan todavía unos pocos centenares de metros que no han sido urbanizados, y en los que la arena dibuja pequeños cordones dunares, que esta noche parecen manchas blanquecinas sobre un fondo de radiografía. El aire está en calma y sólo se oye la respiración pesada del mar, a la que se sobrepone un frotar nervioso y cercano. Surge la luna llena entre dos nubes, e ilumina la estampa, convirtiendo el paisaje en un negativo de sí mismo: la tierra un borrón oscuro, y la mancha del mar resplandeciente con un fulgor de colada de acero que ocupa la banda ancha del horizonte y se afila al borde de la arena, donde también destellan las motas e hilachas fosforescentes de las olas que se encaraman blandamente unas sobre otras. Al tiempo que aparece la luna, se levanta un soplo de aire. Como si la oscuridad lo hubiera mantenido encerrado y la luz lo liberara. Se oyen más nítidos los cercanos crujidos entre las cañas que crecen del lado de acá de las dunas. Si el observador levanta la mirada en dirección a ese ruido, descubre la silueta de un perro, y el relámpago de sus ojos como un chispazo que se apaga enseguida, en cuanto el paso de una nueva nube cubre la luna. Mar adentro vuelve a formarse la mancha espesa, como de brea, que ocupa todo el horizonte, mientras que el perfil de la costa está marcado por el reflejo anaranjado de las luces. Se ha detenido otra vez el viento, y a través de esa calma, desde el lugar en el que escarba el perro, se abre paso un olor dulzón, de vieja carroña, que impregna el aire.” (pp. 414-415)


martes, 18 de marzo de 2025

David Graeber y David Wengrow
EL AMANECER DE TODO. UNA NUEVA HISTORIA DE LA HUMANIDAD (IV)
Barcelona, 2022, Ariel.




“Lo que convierte a un esclavo en algo diferente de un siervo, un peón, un cautivo o un prisionero es su falta de vínculos sociales. En términos legales, al menos, un esclavo no tiene familia, parientes ni comunidad; no puede hacer promesas ni fijar conexiones duraderas con otros seres humanos. Esta es la razón por la que, en ingles, la palabra free (libre) deriva de una raíz común con friend (amigo). Los esclavos no pueden tener amigos porque no pueden comprometerse con otros, al estar totalmente bajo el poder de una persona y obligados tan solo a hacer exactamente lo que su amo les exige. Si un legionario romano era capturado en batalla y esclavizado, y más tarde conseguía escapar y regresar a su hogar, debía pasar un complicado proceso de restauración de todas sus relaciones sociales, incluido el volver a casarse con su mujer, dado que se consideraba que el acto de ser esclavizado cortaba todas las relaciones previas. El sociólogo jamaicano Orlando Patterson se ha referido a esta condición como «muerte social».” (p. 235)

Francisco Cervantes de Salazar(1513?-1575)
CRÓNICA DE LA NUEVA ESPAÑA
https://www.cervantesvirtual.com

  

“«Dice Magiscacín que el hospedar a los forasteros es precepto de los dioses y que en buena razón se usa. Esto es cuando los huéspedes no vienen a hacer daño: pero sí cuando, para conoscer nuestras fuerzas, vienen a hacerse amigos, el daño es mayor, porque con dificultad resistimos al enemigo casero. Dice también que estos españoles, que él sin razón llama dioses, son los que han, de señorear esta tierra, conforme a los pronósticos que dello hay. A esto respondo dos cosas: la una, que los más de los pronósticos han sido falsos; la otra, que no sé yo si son éstos o otros los pronosticados; a lo menos, parésceme que no haremos el deber si no viéremos, para qué son, porque si los halláremos mortales como nosotros somos, no nos habrán engañado; y si fueren inmortales y más poderosos que nosotros, fácil será el reconciliarnos con ellos, porque no me parescen a mí dioses, sino monstruos salidos de la espuma de la mar, hombres más necesitados que nosotros, pues vienen caballeros sobre ciervos grandes, como he sabido; no hay quien los harte; dondequiera que entran, hacen más estrago que cincuenta mill de nosotros; piérdense por el oro, plata, piedras y perlas; paréscenles bien las mantas pintadas; son holgazanes y amigos de dormir sobre ropa, viciosos y dados al deleite, a cuya haraganía el trabajo, la labor y coa, debe ser odioso; y así, creo que, no pudiéndolos sufrir el mar, los ha echado de sí; y si esto pasa, como digo, ¿qué mayor mal podría venir a nuestra patria que rescebir en ella por amigos a tales monstruos, para que quedemos obligados a sustentarlos a tanta costa de nuestras haciendas, que aun para hartar de maíz aquellos mochos venados que traen, no bastarán nuestros campos?; pues para ellos, ¿qué gallinas, qué conejos, qué liebres bastarán? Donosa cosa sería que estando nosotros habituados a tanta esterilidad, pues aun sal no tenemos, ni mantas de algodón con que nos cubramos, contentos con el maíz e hierba de la tierra, viniésemos a ponernos en mayores trabajos, haciéndonos esclavos para sustentar los advenedizos. No es, pues, razón que los que derramamos nuestra sangre por defender nuestra patria y vivir sin servidumbre, metamos en ella por nuestra voluntad quien nos haga tribuctarios.” (Libro tercero, capítulo XXIX, De la brava plática que Xicotencatl hizo contradiciendo a Magiscacín.)
[La coa es un palo de labranza.]

miércoles, 5 de marzo de 2025


 

J. A. Hobson
ESTUDIO DEL IMPERIALISMO
Madrid, 1981, Alianza Editorial.

 

“Sin embargo, hay quien alaba al imperialismo porque dice que, al romper las mezquinas fronteras de las nacionalidades, posibilita y fomenta el internacionalismo. Y para otros incluso resulta una política que debe apoyarse, sin que importe mucho que el imperialismo destruya las nacionalidades pequeñas en beneficio de las mayores, porque creen que de esa forma podrá llegarse de modo natural a una federación mundial y a una situación de paz permanente. Sería difícil formarse una idea más falsa de la evolución política del mundo. Efectivamente, si hay alguna condición para llegar a un verdadero internacionalismo o para establecer relaciones estables entre los Estados es, precisamente, que existan naciones fuertes, no amenazadas, bien desarrolladas y responsables. La destrucción o la anexión forzada de las naciones nunca será beneficiosa para la causa del internacionalismo porque ese tipo de acciones tienen efectos desastrosos en los mecanismos del internacionalismo. Por una parte, hace que las naciones se preparen para la guerra e imposibilitan las actitudes amistosas entre ellas; por la otra, debilita a las naciones mayores por exceso de corpulencia y por indigestión. Si algo es bueno para que un día llegue el internacionalismo es, antes que nada, la conservación y el crecimiento natural de las nacionalidades independientes, ya que sin ellas no habrá una evolución gradual hacia el internacionalismo, sino sólo una serie de intentos fracasados de llegar a un cosmopolitismo caótico e inestable. De igual manera que el individualismo es esencial para que exista un socialismo nacional sano, el nacionalismo es, igualmente, fundamental para que exista el internacionalismo. La política mundial no podrá entenderse de manera orgánica a partir de otros supuestos.” (pp. 326-327)


David Graeber y David Wengrow
EL AMANECER DE TODO. UNA NUEVA HISTORIA DE LA HUMANIDAD (III)
Barcelona, 2022, Ariel.

 

“Los esclavos de la Costa Noroeste [de Norteamérica] cortaban leña y acarreaban agua, pero estaban sobre todo implicados en el cultivo masivo, la limpieza y el procesado del salmón y otros pescados anádromos. No hay consenso, empero, en torno a cuánto tiempo atrás se remontaba esta práctica indígena de la esclavitud. Los primeros informes europeos de la región, de finales del siglo XVIII, hablaban de esclavos y expresaban cierta sorpresa ante ello, dado que la esclavitud en propiedad a gran escala era bastante inusual en otras partes de la Norteamérica aborigen. Estas narraciones sugieren que tal vez una cuarta parte de la población indígena de la Costa Noroeste vivía en servidumbre, una proporción equivalente a la que se encontró en el Imperio romano, en la Atenas clásica o en las plantaciones de algodón del Sur confederado. Es más, la esclavitud, en la Costa Noroeste, era un estatus hereditario: si eras esclavo, el destino de tus hijos era serlo también.
   Dado lo limitado de nuestras fuentes, siempre es posible que estas narraciones de europeos estuvieran describiendo lo que era, en aquel momento, una innovación. Sin embargo, la actual investigación arqueológica y etnohistorica sugiere que la institución de la esclavitud se remontaba a mucho tiempo atrás en la Costa Noroeste, a muchos siglos antes de que naves europeas comenzaran a atracar en el estrecho de Nutca para comerciar con pieles de nutria y mantas.” (pp. 232-233)


ANECDOTARIO JUDÍO
(FOLKLORE, HUMORISMO Y CHISTES)
(II)
Selección y prólogo de Lázaro Liacho
Valladolid, 2020, Maxtor.
(Edición facsímil de la de M. Gleizer, 1945, Buenos Aires.)

 

“Un obispo y un rabino se encuentran sentados, durante una comida, a ambos lados de la dueña de la casa. Sirven jamón con espinacas. El rabino se niega a servirse. Y el obispo, maliciosamente, le dice:
-¿No come usted de esto, señor rabino?
-No, monseñor; mi religión me lo prohíbe.
-Lo siento por usted, señor rabino. ¡No sabe lo que se pierde!
   Una vez terminada la comida, el rabino se marcha el primero. Al tiempo de despedirse del obispo, le dice:
-Monseñor, sírvase presentar mis respetos a su señora.
-Pero, señor rabino, ¡si yo no estoy casado! Mi religión me lo prohíbe.
-¡Qué lástima, monseñor! ¡No sabe lo que se pierde!” (pp. 56-57)


“Levy llega al café muy excitado.
-¿Qué tienes, Levy? Parece que estás nervioso.
-¿Cómo quieres que no esté nervioso con una mujer como la mía?
-¡Pero, hombre, si tu Rosalía es tan amable!
-No digo lo contrario. Pero siempre me está pidiendo dinero.
-¿Para qué?
-Eso digo yo, porque lo que es dárselo no se lo doy nunca.” (pp. 66-67)

David Graeber y David Wengrow
EL AMANECER DE TODO. UNA NUEVA HISTORIA DE LA HUMANIDAD (II)
Barcelona, 2022, Ariel.



“Lo único que podemos inferir razonablemente acerca de la organización social entre nuestros primeros ancestros es que probablemente fue muy diversa. Los primeros humanos habitaban una amplia gama de entornos naturales, de las costas y bosques tropicales a las montanas y la sabana. Eran muchísimo mas diversos, físicamente, que lo que son los humanos de la actualidad, y es de suponer que sus diferencias sociales eran incluso más grandes que las físicas. En otras palabras, no hay una forma original de sociedad humana. Buscar una puede ser solamente cuestión de creación de mitos, ya sea que los mitos resultantes tomen forma de fantasías de «simio asesino», típicas de la década de los sesenta, y plantadas en la conciencia colectiva por películas como 2001: Una odisea del espacio, de Stanley Kubrick; o las del «simio acuático» o incluso el divertidisimo pero fantasioso «simio drogado» (la teoría de que la conciencia surge por la ingestión accidental de hongos psicodelicos). Este tipo de mitos entretienen a los espectadores de videos de You-Tube hoy en dia.” (p. 106)

ANECDOTARIO JUDÍO
(FOLKLORE, HUMORISMO Y CHISTES
)
(I)
Selección y prólogo de Lázaro Liacho
Valladolid, 2020, Maxtor.
(Edición facsímil de la de M. Gleizer, 1945, Buenos Aires.)



“Se vivían años prósperos y el mundo se reía de Hitler, olvidando, semitas y antisemitas, que basta un tonto para deshonrar a una nación.” (p. 9; la cita pertenece a Lázaro Liacho.)

“Cuando la cultura es desplazada, desaparece todo vestigio de humor, y el chiste, que es el arma para atacar a las personas que se combaten sin que se corra el riesgo de perder la propia seguridad personal, desaparece aún en las reuniones entre amigos.” (p. 20, la cita pertenece a Lázaro Liacho.)

“Cuando se cuenta a un campesino un cuento judío, se ríe tres veces: la primera, al contárselo; la segunda, al explicárselo; la tercera, al comprenderlo.
   Un burgués se ríe dos veces: una, cuando se le cuenta; la otra, cuando se le explica. Pero de todas maneras no lo comprende.
   Un oficial no se ríe más que una vez: cuando se le cuenta, pues no os deja que se lo expliquéis, y se queda sin comprenderlo.
   Pero un judío suele deciros:
   -¡Ya hace tiempo que lo conozco!
   Y os lo cuenta de una manera mucho más divertida.” (p. 23)

David Graeber y David Wengrow
EL AMANECER DE TODO. UNA NUEVA HISTORIA DE LA HUMANIDAD (I)
Barcelona, 2022, Ariel.

 

“En los años comprendidos entre 1703 y 1751, la crítica indígena a la sociedad europea tuvo un enorme impacto en el pensamiento europeo. Las que comenzaron como extendidas expresiones de disgusto e indignación por parte de los americanos, expuestos por primera vez a las costumbres europeas, acabo evolucionando, a lo largo de mil discusiones llevadas a cabo en docenas de idiomas, del portugués al ruso, en un debate acerca de la naturaleza de la autoridad, la decencia, la responsabilidad social y, por encima de todo, la libertad. Cuando a los observadores franceses les quedo claro que la mayoría de los indígenas americanos veían la autonomía individual y la libertad de acción como valores máximos —organizando sus vidas de tal modo que minimizaban las posibilidades de que un ser humano fuese subordinado a la voluntad de otro, y viendo, en consecuencia, la sociedad francesa como, esencialmente, una de esclavos díscolos—reaccionaron de varias maneras diferentes.
   Algunos, como los jesuitas, condenaron de entrada el principio mismo de libertad. Otros—colonos, intelectuales y miembros del público lector en Europa— lo acabaron considerando una proposición social provocadora y atractiva (sus conclusiones al respecto, por cierto, no guardaban relación alguna en cuanto a sus sentimientos hacia las poblaciones indígenas, cuyo exterminio veían a menudo con buenos ojos, aunque, para ser justos, había individuos a ambos lados de la división intelectual firmemente opuestos a las agresiones contra pueblos extranjeros). En realidad, la critica indígena a las instituciones europeas se percibía como algo tan poderoso que todos aquellos que objetaban las disposiciones sociales y económicas existentes solían emplearla como su arma favorita: un juego, como hemos visto, al que se prestaron la mayoría de los grandes filósofos de la Ilustración.
   A lo largo de ese proceso —y ya hemos visto como sucedía esto con Lahontan y Kondiaronk—, un debate acerca de la libertad se fue convirtiendo, cada vez más, en un debate acerca de la igualdad. Por encima de todo, no obstante, todas estas menciones a la sabiduría de los «salvajes» eran aún modos de desafiar la arrogancia de la autoridad recibida: la certeza medieval que mantenía que los juicios de la Iglesia y el establishment  que se apoyaba en ellos, tras haber aceptado la versión correcta del cristianismo, eran necesariamente superiores a los de cualquier otro en el planeta.” (pp. 82-83)

[Lahontan (1666- antes de1716), en realidad, Louis Armand de Lom d'Arce, fue un militar y etnógrafo francés. Su obra se halla referida, principalmente, a las etnias indígenas iroquesas. Kondiaronk, por su parte, fue un jefe indio iroqués, célebre por su inteligencia política y sus sensatas opiniones acerca de la organización social de los pueblos.]


Lewis Dartnell
ORÍGENES. CÓMO LA HISTORIA DE LA TIERRA DETERMINA LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD (IV)
Barcelona, 2020, Debate.

 

“Es curioso que los seres humanos sean una de las pocas especies animales que padecen escorbuto (otra es la cobaya). Resulta que en algún punto de nuestra divergencia evolutiva respecto de otras especies de primates experimentamos una mutación en una única letra del código genético que eliminó el enzima clave para producir ácido ascórbico en nuestras células hepáticas.” (p. 263; nota a pie de página.)

“Antes de ser transportados a través del Atlántico, los esclavos africanos eran retenidos en fuertes costeros conocidos como «factorías», emplazados a menudo en la desembocadura de ríos al ser esa la manera más fácil de transportar cautivos desde las tierras del interior. A la gran mayoría de los esclavos se les capturaba en el África occidental central (la región entre el ecuador y unos 15º de latitud sur) y a lo largo de la Costa de Oro y las bahías de Benín y de Biafra, en el golfo de Guinea. También esto se debía en gran medida a la mecánica de las pautas de circulación atmosférica y a las corrientes oceánicas. Desde allí, gracias a los vientos alisios del sudeste, era más fácil cruzar el Atlántico y luego, impulsados por la corriente de Brasil, navegar hacia el sur siguiendo la costa y alcanzar las plantaciones de café brasileñas; o bien aprovechar los vientos del nordeste y la corriente ecuatorial norte para llegar a las plantaciones de azúcar de las islas del Caribe, las plantaciones de algodón de Alabama y Carolina y las plantaciones de tabaco de Virginia.” (p. 276)