David Graeber y David Wengrow
EL AMANECER DE TODO. UNA NUEVA HISTORIA DE LA HUMANIDAD (III)
Barcelona, 2022, Ariel.
“Los esclavos de la Costa Noroeste [de Norteamérica] cortaban leña y acarreaban agua, pero estaban sobre todo implicados en el cultivo masivo, la limpieza y el procesado del salmón y otros pescados anádromos. No hay consenso, empero, en torno a cuánto tiempo atrás se remontaba esta práctica indígena de la esclavitud. Los primeros informes europeos de la región, de finales del siglo XVIII, hablaban de esclavos y expresaban cierta sorpresa ante ello, dado que la esclavitud en propiedad a gran escala era bastante inusual en otras partes de la Norteamérica aborigen. Estas narraciones sugieren que tal vez una cuarta parte de la población indígena de la Costa Noroeste vivía en servidumbre, una proporción equivalente a la que se encontró en el Imperio romano, en la Atenas clásica o en las plantaciones de algodón del Sur confederado. Es más, la esclavitud, en la Costa Noroeste, era un estatus hereditario: si eras esclavo, el destino de tus hijos era serlo también.
Dado lo limitado de nuestras fuentes, siempre es posible que estas narraciones de europeos estuvieran describiendo lo que era, en aquel momento, una innovación. Sin embargo, la actual investigación arqueológica y etnohistorica sugiere que la institución de la esclavitud se remontaba a mucho tiempo atrás en la Costa Noroeste, a muchos siglos antes de que naves europeas comenzaran a atracar en el estrecho de Nutca para comerciar con pieles de nutria y mantas.” (pp. 232-233)