sábado, 16 de septiembre de 2017

Viktor E. Frankl
EN EL PRINCIPIO ERA EL SENTIDO (I)
Barcelona, 2000, Paidós.



"La integración de la vida interior y su consecuencia, la autorrealización, y la consecuencia de ésta, ser feliz, todo esto son consecuencias secundarias de la orientación hacia un objetivo. No hay nada en el mundo que sea tan capaz de consolar a una persona de las fatigas internas o las dificultades externas como el tener conocimiento de un deber específico, de un sentido muy concreto, no en el conjunto de su vida, sino aquí y ahora, en la situación concreta que se encuentra." (pp. 34-35)

“Niego de forma categórica que el hombre busque original y principalmente la felicidad. Lo que el hombre quiere es tener un motivo para ser feliz. Una vez tiene el motivo, la felicidad llega por sí sola. Pero si en lugar de aspirar a un motivo para ser feliz, persigue la propia felicidad, fracasará en el intento y se le escapará. Y esto es algo que los neurólogos observamos a diario en las consultas con nuestros pacientes neuróticos sexuales: en la medida en que un paciente quiere demostrar su potencia, se vuelve impotente; en la medida en que una paciente intenta demostrar que es capaz de tener un orgasmo, se ve cohibida y no puede tenerlo completo.” (p. 72)