viernes, 21 de febrero de 2014

Antón Chéjov
EXTRAÑA CONFESIÓN
Madrid, 2013, Reino de Cordelia.


“La mañana era encantadora. Diríase que la felicidad, deteniéndose sobre la tierra, se reflejaba en las gotas de rocío y atraía el alma de cuantos pasaban. Una límpida luz inundaba el bosque, que parecía escuchar el rumor de mis pasos y el gorjeo de los pájaros. Éstos, al acercarme, manifestaban tan sólo desconfianza. El aire estaba perfumado del aroma primaveral que exhalaba el verdor y que mis pulmones abiertos aspiraban ávidamente. Mis ojos entusiasmados lo recorrían todo; por doquier reinaba la primavera y la juventud, y me parecía que tanto los tiernos abedules, como las hierbas del camino y los saltamontes que zumbaban en el aire, sentían lo mismo que yo.” (p. 99)