sábado, 21 de marzo de 2020

Carlo Lucarelli
LA ISLA DEL ÁNGEL CAÍDO
Barcelona, 2003, MDS Books/Mediasat. 

 

“Cuando caminaba, Mazzarino tenía la impresión de no ir solo. Lo hacía pisando fuerte, como si marcara el paso, echando hacia delante los anchos hombros y con los brazos doblados y abiertos a los lados, como si tuviera que contener el empuje de una multitud y al mismo tiempo avivar su fuerza. Cuando caminaba, el capomanipolo Mazzarino sentía en el cuello el aliento de miles y miles de camisas negras, oía a sus espaldas el susurro de las orlas plateadas de los gallardetes, percibía con el rabillo del ojo la blancura ondeante de las calaveras y los huesos bordados en la tela negra; lo ceñían al cinto las porras y los puñales de los escuadristas, y lo ensordecía el rítmico estruendo de la fanfarria, trompetas, bombo y tambores y el paso de las botas de la Milicia. El capomanipolo Mazzarino sabía que no iba solo cuando caminaba, y lo hacía como si fuera al frente de una columna, firme y recio como si supiera muy bien de dónde venía y adónde iba.
   Antes, no; antes de ser escuadrista y pasar a a camisa negra, vicecaposcuadra, aiutante y capomanipolo, no lo sabía. Había nacido en un lugar al que nada venía y del que nada salía. Un monte en plenos Apeninos, una casa de campo aislada, metida en un bosque de árboles negros que a aquella altitud crecían chatos y gruesos, como eran él mismo y sus dieciséis hermanos. Aparte de la hermana mayor, que se había quedado en casa para ayudar a la madre, las mujeres eran las únicas que se iban, porque el padre las mandaba a servir a los pueblos de abajo o a la ciudad en cuanto cumplían los trece años. En cambio, los varones se quedaban allí, cavando una tierra que no daba nada, criando ovejas tan flacas como cabras, recogiendo castañas, capturando mulas salvajes y cazando jabalíes. Así era Mazzarino, y así eran todos sus hermanos y hermanas: respiraban dando soplidos con la mandíbula sacada, gruñían medias palabras en dialecto montañés con un tono ronco y cerrado, y olfateaban el aire como jabalíes, ensanchando las aletas de la nariz chata, recios, hirsutos y negros como ellos.” (p. 63)

Henry Kamen
BREVÍSIMA HISTORIA DE ESPAÑA (V)
Barcelona, 2014, Espasa. 



“A menudo celebrada como la más memorable hazaña militar de España a lo largo de su historia, la victoria no fue ni mucho menos española en exclusiva, sino que resultó posible gracias (principalmente) a los recursos italianos en barcos, hombres, armas, material y vituallas. Los costes totales que recayeron sobre el erario público castellano se han calculado en torno a los 5 millones de ducados, de los que la mayor parte se pagaron con préstamos de banqueros genoveses. Como todas las victorias de mayor esplendor, Lepanto sirvió para poco más que para provocar una inmensa pérdida de vidas humanas. Y los turcos no tardaron en tener lista una nueva flota plenamente operativa.” (p. 120)

“España es uno de esos países que jamás ha conseguido ser lo que quería y que continúa teniendo un futuro inalcanzado ante sí. Tal vez por ello, muchos españoles han eludido mirar demasiado de cerca la realidad y han optado en su lugar por soñar una España imaginada que, aun así, en sus cabezas, les pareciera suficientemente real. Algunos autores han recalcado que el único retrato real jamás pintado de su país es el dibujado por las palabras de un perturbado, un tal don Quijote de la Mancha. De hecho, algunos pensadores fueron más lejos aún y llegaron a decir que don Quijote era España. Unamuno escribió en 1898 que el Quijote era «símbolo eterno de la humanidad en general y de nuestro pueblo español muy en especial». Para Maeztu, por ejemplo, «Toda España [había] sido D. Quijote. Fuimos sonámbulos que recorríamos las tierras creyéndonos despiertos y estábamos dormidos».” (p. 269)
[La cursiva pertenece al texto.]
Yuri Kagrámanov
¿CAUTIVA NORTEAMÉRICA A EUROPA? (II)
Moscú, 1988, Editorial de la Agencia de Prensa Nóvosti.



“Los liberales norteamericanos tratan por lo común de producir la impresión de que el maccartismo es algo ligado indisolublemente a la figura de McCarthy y que Norteamérica ya ha superado. Pero en realidad, el maccartismo como fenómeno surgió mucho antes de que McCarthy apareciera en el escenario político y siguió existiendo después de que el senador abandonara este mundo, sólo que ha adoptado formas no tan manifiestas. La reanimación del mccartismo en Estados Unidos de hoy es otra prueba de lo justa que es esta afirmación.
   El culto a la racionalidad y el maccartismo son fenómenos (si los analizamos bien) no tan contradictorios, porque ambos, de una u otra manera, responden a la tradición autóctona norteamericana, llamada antiintelectualismo y conformismo. El culto a la racionalidad es muy parecido a la desconfianza tradicionalmente propia de los norteamericanos respecto a la reflexión.” (pp. 26-27)
Henry Kamen
BREVÍSIMA HISTORIA DE ESPAÑA (IV)
Barcelona, 2014, Espasa.



“El primer gran problema del reinado fue el de la sucesión. Su único heredero, don Carlos, mostró ya desde la infancia síntomas de inestabilidad mental, y el rey se vio obligado a excluirlo de los asuntos de Estado y de todo puesto de autoridad. El extraño carácter del príncipe era ya por entonces tema de comentarios en todas las cortes europeas. Os embajadores traían hasta ellas espeluznantes historias de su presunta crueldad con los animales y de su curioso temperamento. A comienzos de 1561, el príncipe sufrió un grave accidente al caer por unas escaleras y entró en coma. Su muerte parecía inminente. Se recuperó de aquello, pero su salud siguió siendo mala; pasaba por periodos intermitentes de indisposición. Los estrambóticos rasgos de su comportamiento fueron la comidilla de la corte y un motivo de honda preocupación para el rey. Pero los aspectos más graves de la conducta de don Carlos fueron los relacionados con su faceta política. […] En navidades de 1567, el rey anduvo en consultas con sus consejeros. A medianoche del 18 de enero, convocó a los cuatro miembros en activo del Consejo de Estado y se dirigió con ellos y cuatro ayudantes a los aposentos del príncipe. Entraron en silencio en su cámara y se apoderaron de todas las armas y documentos que había en la estancia. El príncipe se revolvió en su lecho y preguntó, con voz somnolienta: «¿Quién es?». Le respondieron: «El Consejo de Estado». Don Carlos se incorporó y vio a su padre, vestido de armadura. «¿Vuestra Majestad ha venido a matarme?», le preguntó. Felipe lo tranquilizó y le dijo que a partir de ese momento iba a tratarlo no como padre, sino como rey. Se retiraron entonces los consejeros y el monarca, y el príncipe fue conducido a una torre del Alcázar, donde permanecería encerrado a partir de ese momento baja la vigilancia de una guardia permanente de dos hombres.
  Durante su reclusión, la conducta de don Carlos no hizo más que empeorar. Trató de poner fin a su vida negándose a comer durante semanas. Luego, se tragó uno de sus anillos, convencido de que los diamantes son venenosos. Al acercarse el verano, don Carlos comenzó a someter intencionadamente su cuerpo a cambios extremos de temperatura cubriendo su lecho con hielo. Todo aquello tuvo consecuencias. Cayó enfermo y falleció en la madrugada del 24 de julio, a los veintitrés años de edad.” (pp. 117-119)

[Carlos de Austria (1545-1568) fue hijo primogénito de Felipe II y de su primera esposa, María Manuela de Portugal.]


Yuri Kagrámanov
¿CAUTIVA NORTEAMÉRICA A EUROPA? (I)
Moscú, 1988, Editorial de la Agencia de Prensa Nóvosti.



“En lo que se refiere al carácter abierto de los norteamericanos, con relación a otras naciones, éste se manifiesta por lo general como anhelo de aleccionar y no como deseo de aprender.
   Veamos uno de los ejemplos más recientes de lo conservadora que es la «América de un piso»: en 1977, un grupo de sociólogos realizó una encuesta entre los vecinos de una típica ciudad del Estado de Indiana, donde ya habían realizado estudios semejantes en 1923. Los resultados de la encuesta demostraron que en medio siglo el modo de pensar de los habitantes de la localidad había experimentado muy pocos cambios. Por ejemplo, tanto en 1923 como en 1977 la mayoría de jóvenes opinó que la Biblia para ellos era «la guía que les ayudaba a resolver todos los problemas de la vida contemporánea». La Biblia es un libro respetable, no lo dudamos, pero a veces se debe mirar el calendario, para darnos cuenta que vivimos en el último cuarto del siglo XX. Al conocer hechos como éste, uno empieza a comprender mejor la relativa facilidad con que en el umbral de los años 80 en Estados Unidos llegaron a predominar los ultraconservadores, fundamentalistas miltantes y neomaccartistas que en nuestros días persiguen hasta a Mark Twain por librepensador.” (p. 17)
Henry Kamen
BREVÍSIMA HISTORIA DE ESPAÑA (III)
Barcelona, 2014, Espasa.



“Muchos autores posteriores, ávidos por encontrar a alguien a quien achacar las subsiguientes dificultades que España atravesó, culparon a las dinastías que sucedieron a los Reyes Católicos. El escritor José Cadalso, por ejemplo, sostuvo en la década de 1780 que Fernando e Isabel serían siempre príncipes «inmortales entre cuantos sepan lo que es el gobierno» y que, durante su reinado, la población duplicaba la de la España del siglo XVIII y la española era la nación «más docta de Europa». Aquella era una leyenda sin base alguna de verdad. Frente a aquella situación idílica, según Cadalso, los sucesores de los monarcas trajeron consigo la «decadencia total de las ciencias, artes, milicia, comercio, agricultura y población […] al mismo tiempo que sobre nuestras ruinas iban edificando sus grandezas las demás naciones europeas». Esa estrambótica visión suya, fruto de su nostalgia de un pasado presuntamente perfecto, aunque absolutamente imaginario, fue la misma que influyó en el modo de pensar de los españoles durante siglos (...)” (pp. 75-76)
Paula Fox
POBRE GEORGE
Barcelona, 2009, El Aleph.



“(...) se acordó de los brazos de su madre. Un día, los había mirado bien. Ella llevaba una blusa de algodón sin mangas. Entre su axila y su codo, había visto un arco de carne blanda, pecosa, fláccida, una cortina de carne. En ese mismo instante, había percibido que era vieja. De algún modo, ella debió de leerle el pensamiento, porque le habló con aspereza y lo mandó a hacer algún absurdo recado. Ya no había vuelto a ponerse manga corta.” (p. 230)
Henry Kamen
BREVÍSIMA HISTORIA DE ESPAÑA (II)
Barcelona, 2014, Espasa. 
 

“Quizá la imagen favorecedora más habitual de la España musulmana sea la de un al-Ándalus elevado a la categoría de la cultura más avanzada y tolerante de su época. Por extensión, esa visión suele combinarse con otra interpretación exageradamente benigna de la España de aquellos siglos: la de un país multicultural que no tenía parangón en su tiempo porque, en el, todos -cristianos, musulmanes y judíos- vivían seguros y en paz. Algunos académicos solían referirse a esa situación denominándola «convivencia», pero lo cierto es que las comunidades de cristianos, judíos y musulmanes de la península jamás convivieron en pie de igualdad, y su coexistencia fue siempre una relación entre desiguales. «España» como unidad política no existía todavía y, en los diferentes reinos, las minorías trataban de adaptarse y eludir la posibilidad de conflictos, pues estos no pocas veces se traducían en salvajes persecuciones.” (p. 37)

“El ejemplo del Cid muestra a las claras que las lealtades podían cambiar sin que ello reportara mayor ignominia para quien así obraba. El historiador francés de la España árabe, Reinhard Dozy, ha sostenido al respecto que «un caballero español de la Edad Media no luchaba por su país ni por su religión; luchaba, como hizo el Cid, para ganarse el pan, ya fuera al servicio de un príncipe cristiano o de uno musulmán».” (p. 46)

lunes, 9 de marzo de 2020



Daniel Keyes
FLORES PARA ALGERNON (relato)
Boadilla del Monte, 2004, Ediciones SM.


“Oy me han echo un esamen. Creo que me an suspendido y alomejor ya no quieren usarme. Lo que me a pasado es que estaba un ombre mui amable en mi cuarto y tenia unas cartas blancas con tinta desparamada por encima. Me a dicho Charlie que bes en estas cartas. Yo estaba mui asustado aunque tenia mi pata de conejo en mi bolsiyo porque cuando era pequeño siempre suspendia los examenes en la escuela y tambien se me caia la tinta.
  Le dicho que veia una mancha de tinta. Me ha dicho que si y me sentido contento. Pensaba que abia terminado pero cuando me lebantado me a parado. Me a dicho vamos Charlie aun no emos acavado. Luego no me acuerdo bien pero queria que yo dijese que habia en la tinta. Yo no veia nada en la tinta pero el decia que abia dibujos ai y que otras personas veian dibujos. Yo no veia ningunos dibujos. Lo he intentado de beras. E puesto la carta mui cerca y luego mui lejos. Luego he dicho que si tenia mis gafas podria ver mejor solo uso las gafas para ver la tele o el cine pero e dicho que estavan en el armario de la entrada. E cojido las gafas. Luego e dicho dejame ver las cartas otra bez seguro que ahora los encuentro.
  Me esforzado mucho pero no podia encontrar los dibujos. Solo beia la tinta. Le he dicho que alomejor necesitaba gafas nuevas. A escrito una cosa en un papel y e tenido miedo de no pasar el examen. Le dicho que era una mancha muy bonita con puntitos alrededor. A puesto una cara mui triste asique eso no era. Le dicho porfavor dejame provarlo otra vez. Seguro que me sale dentro de un rato porque soi a beces un poco lento. Tambien soi un lector lento en la clase de la señorita Kinnian para lectores adultos con dificultades pero estoi esforzandome mucho.
  Me a dado otra oportunida con otra carta que tenia 2 clases de tinta una roja y otra azul.
  Era mui amable y hablaba mui despacio igual que la señorita Kinnian y me a esplicado que era el tes de roscas. Me a dicho que la gente ve cosas en la tinta. Yo le dicho dime donde. Me a dicho piensa. Yo le dicho que pensaba que era una mancha de tinta pero eso tam poco estaba bien. Me a dicho a que te recuerda inventate algo. E cerrado los ojos durante mucho tiempo para hacer que me inbentaba. Le dicho que inbentaba que era una pluma con tinta que se desparamava por un mantel. Entonces se a lebantado y se a marchado.
  Creo que no e aprobado el tes de roscas.” (pp. 6-9)
[El texto corresponde al cuento publicado por Keyes en 1959 y no a la novela homónima que publicaría, como ampliación, en 1966.]
Mark Twain
EL FORASTERO MISTERIOSO (II)
Madrid, 2016, Alianza Editorial.


“»Es extraño que no lo hubieras sospechado hace años…, ¡hace siglos, edades, eones! Porque has existido sin compañero a lo largo de todas las eternidades. ¡Realmente es extraño que no hayas sospechado que tu universo y sus contenidos son sólo sueños, visiones, ficción! Extraño, porque son tan franca e histéricamente locos… como todos los sueños: un Dios que podía crear buenos hijos tan fácilmente como malos, y, sin embargo, prefirió crearlos malos; que podría haberlos hecho felices a todos, y, sin embargo, nunca hizo feliz a ninguno; que los hizo capaces de estimar su amarga vida, y aun así la hizo mezquinamente breve; que dio a sus ángeles la felicidad eterna sin ganársela, y, sin embargo, exigió que sus otros hijos la ganaran; que dio a sus ángeles vidas sin dolor, y afligió a sus otros hijos con ásperas miserias y enfermedades de la mente y del cuerpo; que habla de la justicia e inventó el infierno…, habla de la Regla de oro y de perdonar setenta veces siete, e inventó el infierno; que pregona la moral a otras personas mientras él no tiene ninguna; que desaprueba los crímenes y, sin embargo, los comete todos; que, sin ser invitado, creó al hombre, y luego trata de librarse de las responsabilidades de los actos del hombre, dejándosela sólo a éste, en vez de colocarla honradamente donde debe estar, en él mismo; y finalmente, con una divina torpeza, ¡invita a este pobre esclavo maltratado a adorarlo!…
  »Ahora comprenderás que todas estas cosas son imposibles, salvo en un sueño. Comprenderás que son puras locuras pueriles, las creaciones ridículas de una imaginación que no es consciente de sus monstruosidades; en una palabra, que son un sueño y que tú eres su creador. Todas las señales del sueño son visibles; deberías haberlas reconocido antes.
  »Es verdad lo que te he revelado; no hay Dios, ni universo, ni raza humana, ni vida terrestre, ni cielo, ni infierno. Todo es un sueño…, un sueño grotesco y disparatado. Nada existe salvo tú. Y tú no eres más que un pensamiento..., ¡un pensamiento errante, un pensamiento inútil, un pensamiento desamparado, vagando solitario entre las eternidades!»” (pp. 153-154)
[Las cursivas pertenecen al texto.]
Henry Kamen
BREVÍSIMA HISTORIA DE ESPAÑA (I)
Barcelona, 2014, Espasa.


"La primera historia general de verdad de España como nación, amplia en su enfoque, bien informada y de una admirable objetividad, fue la elaborada por el jesuita Juan de Mariana, que la redactó inicialmente en latín, la tradujo posteriormente y la publicó en dos tomos en 1601 con el título Historia general de España. Fue la historia nacional más consultada por los españoles durante más de tres siglos tras su publicación. Pero el país sobre el que escribió De Mariana tardaría mucho aún en materializarse como tal. Como entidad política de verdad, puede decirse que no surgió hasta aproximadamente 1800, momento en el que otras naciones de Europa, como Francia y Alemania, también estaban empezando a evolucionar hacia su forma contemporánea. Los mandatarios políticos de principios del siglo XIX estaban convencidos de que su nación existía, pero tenían dificultades a la hora de definir los antecedentes de esta. Hubo que crear, entonces, leyendas y mitos para dotar al pasado nacional de alguna sustancia. El problema, visto desde nuestra perspectiva actual, estribaba en crear mitos que tuvieran un carácter histórico y en emplear unas palabras y un lenguaje armónicos con tales mitos. Por ejemplo, ¿qué se entendía por una «nación»? ¿Era «España» una de ellas? Si nos preguntamos hoy si había una nación en España antes del siglo XIX, la respuesta (como bien decía Gracián) es que había muchas, pues España existía, sí, pero bajo la forma de una amalgama de comunidades y naciones." (pp. 13-14)

Mark Twain
EL FORASTERO MISTERIOSO (I)
Madrid, 2016, Alianza Editorial.



“No ganáis nada; siempre termináis donde habíais empezado. Durante un millón de años la raza ha seguido reproduciéndose monótonamente, multiplicando monótonamente, y una y otra vez también monótonamente ha representado esta tontería aburrida. ¿Con qué fin? ¡Ninguna sabiduría puede adivinarlo! ¿Quién se beneficia de ello? Nadie, salvo un grupito de pequeños monarcas usurpadores y nobles que os desprecian; que se sentirían contaminados si los tocarais; que os cerrarían la puerta en las narices si os atreviérais a visitarlos; para quienes trabajáis como esclavos y para quienes lucháis y morís y no sentís vergüenza sino orgullo; cuya existencia es un insulto perpetuo a vosotros, y tenéis miedo de resentiros por ello; que son mendigos mantenidos por vuestras limosnas, y que, sin embargo, ante vosotros se dan aires de benefactores; que se dirigen a vosotros en el lenguaje del amo al esclavo, y reciben la respuesta en el lenguaje del esclavo al amo; que son adorados por vosotros con la boca, mientras en vuestro corazón (si es que tenéis corazón) os despreciáis a vosotros mismos por hacerlo. El primer hombre fue un hipócrita y un cobarde, cualidades que no han faltado en su linaje; sobre esa base se han construido todas las civilizaciones; ¡Brindad por su perpetuación! ¡Brindad por su aumento!” (p. 124)