sábado, 21 de marzo de 2020

Henry Kamen
BREVÍSIMA HISTORIA DE ESPAÑA (II)
Barcelona, 2014, Espasa. 
 

“Quizá la imagen favorecedora más habitual de la España musulmana sea la de un al-Ándalus elevado a la categoría de la cultura más avanzada y tolerante de su época. Por extensión, esa visión suele combinarse con otra interpretación exageradamente benigna de la España de aquellos siglos: la de un país multicultural que no tenía parangón en su tiempo porque, en el, todos -cristianos, musulmanes y judíos- vivían seguros y en paz. Algunos académicos solían referirse a esa situación denominándola «convivencia», pero lo cierto es que las comunidades de cristianos, judíos y musulmanes de la península jamás convivieron en pie de igualdad, y su coexistencia fue siempre una relación entre desiguales. «España» como unidad política no existía todavía y, en los diferentes reinos, las minorías trataban de adaptarse y eludir la posibilidad de conflictos, pues estos no pocas veces se traducían en salvajes persecuciones.” (p. 37)

“El ejemplo del Cid muestra a las claras que las lealtades podían cambiar sin que ello reportara mayor ignominia para quien así obraba. El historiador francés de la España árabe, Reinhard Dozy, ha sostenido al respecto que «un caballero español de la Edad Media no luchaba por su país ni por su religión; luchaba, como hizo el Cid, para ganarse el pan, ya fuera al servicio de un príncipe cristiano o de uno musulmán».” (p. 46)