viernes, 10 de septiembre de 2021

Amos Oz
UNA HISTORIA DE AMOR Y OSCURIDAD (III)
Madrid, 2002, Siruela.



“En Israel había entonces una discusión cargada de histeria sobre si el Estado debía o no reclamar y aceptar de Alemania indemnizaciones por la pérdida de los bienes de los judíos asesinados en la época de Hitler. Algunos estaban de acuerdo con David Ben Gurión en que no se podía permitir que los asesinos fueran además herederos, y consideraban justo que los bienes judíos usurpados por los alemanes volvieran íntegramente al Estado de Israel y se permitiera acoger a los supervivientes del exterminio. Por el contrario otros, con Menahen Begin, el líder de la oposición, a la cabeza, opinaban con dolor y rabia que era un crimen moral y una profanación a la memoria de los asesinados que el país de las víctimas fuera a vender a los alemanes un cómodo perdón a cambio de un beneficio económico impuro.” (p. 690)