domingo, 25 de marzo de 2012

Jacques Monod
LE HASARD ET LA NÉCESSITÉ
Paris, 1970, Éditions du Seuil.


"Decimos que estas alteraciones son accidentales, que se producen al azar. Y puesto que estas constituyen la única fuente posible de modificaciones del texto genético, único depositario a su vez de las estructuras hereditarias del organismo, se deduce necesariamente que el azar es la única fuente de toda novedad, de toda creación en la biosfera. El puro azar, el único azar, libertad absoluta pero ciega, en la raíz misma del prodigioso edificio de la evolución: esta noción central de la biología moderna ya no es hoy en día una hipótesis entre otras posibles o al menos concebibles. Es la única concebible, como única compatible con los hechos de la observación y de la experiencia. Y nada permite suponer (o esperar) que nuestras concepciones sobre este punto deban, o incluso puedan, ser revisadas.” (pp. 147-148)

(La traducción es mía.)
Alessandro Baricco
HOMERO, ILÍADA
Barcelona, 2005, Anagrama.


"Todos me conocían. Yo era el hombre más feo que había ido allí, al asedio de Troya: patizambo, cojo, los hombros encorvados y contraídos sobre el pecho, la cabeza picuda, cubierta por una rala pelusa. Era famoso porque me gustaba hablar mal de los reyes, de todos los reyes: los aqueos me escuchaban y se reían. Y, por eso mismo, los reyes de los aqueos me odiaban. Quiero explicaros lo que yo sé, para que así también vosotros comprendáis lo que yo comprendí: la guerra es una obsesión de los viejos, que envían a los jóvenes a librarla." (p. 23)

"Allí, delante de todo el mundo, ese día, me puse a gritar: <<¡Eh, Agamenón! ¿qué demonios quieres, de qué te quejas? Tu tienda está llena de bronce, está llena de mujeres hermosísimas: las que eliges cuando nosotros te las ofrecemos después de haberlas raptado de sus casas. ¿Tal vez deseas más oro, ese que los padres troyanos te traen para rescatar a los hijos que nosotros hacemos prisioneros en los campos de batalla? ¿O es una nueva esclava lo que quieres, una esclava para llevártela al lecho, y para guardártela toda para ti? No, no es justo que un jefe lleve a la ruina a los hijos de los dánaos. Compañeros, no seáis cobardes, volvámonos a casa y a ese de ahí dejémoslo aquí, en Troya, disfrutando de su botín, que vea de una vez si le éramos útiles o no. Ha ofendido a Aquiles, que es un guerrero mil veces más fuerte que él. Le ha quitado su parte del botín y ahora lo retiene en su poder. Eso no es cólera, porque si Aquiles en verdad ardiera de cólera, tú Agamenón, no estarías aquí afrentándonos de nuevo.>>" (pp. 26-27)


(El personaje que habla es Tersites. Los dos textos se corresponden con el Canto II, versos 211 a 242 de la "Ilíada" de Homero.)
Guy de Maupassant
LE VERROU ET AUTRES CONTES GRIVOIS
Paris, 1979, Gallimard.


"Ella comprendió que tenía que hablar y me contó su historia, o casi mejor una historia, pues debió de mentir desde el principio hasta el final, como mienten todos los árabes, siempre, con o sin motivo.
Es éste uno de los signos más sorprendentes e incomprensibles del carácter indígena: la mentira. Estos hombres en los que el islamismo está encarnado hasta formar parte de ellos mismos, hasta modelar sus instintos, hasta modificar la raza entera y diferenciarla moralmente de otras tanto como el color de la piel diferencia al negro del blanco, son mentirosos hasta la médula, hasta el punto de que nunca se puede confiar en lo que dicen. ¿Es por causa de su religión? Lo ignoro. Se necesita haber vivido entre ellos para saber cómo la mentira forma parte de su ser, de su corazón, de su alma, cómo se ha convertido en ellos en una especie de segunda naturaleza, en una necesidad vital." (p. 90)

(El texto pertenece al cuento "Allouma". La traducción es mía.)

miércoles, 21 de marzo de 2012

Auguste Comte
THÉORIE GÉNÉRALE DE LA RELIGION
Paris, 2005, Éditions mille et une nuits / Librairie Arthème Fayard.


"La existencia de un orden inmutable constituye pues la primera base, a la vez espontánea y sistemática, de la verdadera religión. Este dogma fundamental, sin el cual la unidad humana sería imposible, debe ser contemplado como la más valiosa adquisición de nuestra inteligencia, descubriendo en el exterior el único punto de apoyo sólido que comporta el conjunto de nuestra naturaleza, individual o colectiva." (p. 48)

(La traducción es mía.)
Camilo José Cela
LA FAMILIA DE PASCUAL DUARTE
Barcelona, 1985, Destino.


"A veces pienso que escribir no es más que recopilar y ordenar y que los libros se están siempre escribiendo, a veces solos, incluso desde antes de empezar materialmente a escribirlos y aun después de ponerles su punto final. La cosecha de las sensaciones se tamiza en la criba de mil agujeros de la cabeza y cuando se siente madura y en sazón, se apunta en el papel y el libro nace. Lo que sucede es que el libro, después de nacer, sigue creciendo -armónico o desordenado- y evolucionando: en la cabeza de su autor, en la imaginación o en el sentimiento de los lectores y, por descontado, en las páginas de sus ulteriores ediciones. Estos crecimientos no son de la misma sustancia, bien es verdad, pero todos le hacen crecer." (p. 8)

(La cita pertenece al prólogo de 1960 a la edición definitiva.)

"Dedico esta edición a mis enemigos, que tanto me han ayudado en mi carrera." (p. 11)

"Yo, señor, no soy malo, aunque no me faltarían motivos para serlo. Los mismos cueros tenemos todos los mortales al nacer y sin embargo, cuando vamos creciendo, el destino se complace en variarnos como si fuésemos de cera y en destinarnos por sendas diferentes al mismo fin: la muerte. Hay hombres a quienes se les ordena marchar por el camino de las flores, y hombres a quienes se les manda tirar por el camino de los cardos y de las chumberas. Aquéllos gozan de un mirar sereno y al aroma de su felicidad sonríen con la cara del inocente; estos otros sufren del sol violento de la llanura y arrugan el ceño como las alimañas para defenderse. Hay mucha diferencia entre adornarse las carnes con arrebol y colonia, y hacerlo con tatuajes que después nadie ha de borrar ya." (p. 21)

José Ortega y Gasset
EL ESPECTADOR (Tomo I)
Madrid, 1977, Espasa-Calpe.


"El sujeto romántico encuentra siempre dentro de sí la impresión de que fuera de él algo colosal acontece; pero a menudo, cuando quiere precisar esa enorme contingencia, se sorprende sin nada en las manos. En tal situación lo mejor sería callarse; más el silencio es un género literario en sentido clásico, y el romántico prefiere hacer retórica. Completando una frase ilustre, yo diría que el clásico, como Saúl, parte en busca de unas asnillas y vuelve con un reino, mientras el romántico sale en busca de un reino y vuelve a menudo con las asnillas de Saúl." (p. 33)

"Suponiendo que debamos llamar amor a ese encadenamiento entre dos seres. Tal vez conviniera elaborar otra denominación menos cargada de confusas alusiones a fenómenos de muy distinta naturaleza. La religión y el amor tienen la desgracia de que no se suele pensar en ellos sino religiosamente y amorosamente. De esta manera hemos hechos de esas dos cosas radiantes y benéficas dos cosas turbias, exageradas, fantasmagóricas, cuando no atroces instrumentos de martirio." (pp. 33-34)

(Ambas citas pertenecen al artículo "Leyendo el <<Adolfo>>, libro de amor". Ortega se refiere al "Adolfo" de Benjamin Constant.)

"y yo no escribo más que para lectores atentos, que no se ofenden si se les exige leer dos veces las líneas." (p. 175)

(La cita pertenece al artículo "Cultura anémica".)

lunes, 19 de marzo de 2012



Wenceslao Fernández Flórez
EL BOSQUE ANIMADO
Madrid, 2007, Espasa-Calpe.


“Los árboles ejercitan distracciones, tan inocentes como ellos mismos, que no conocen el mal. Especialmente les gusta cantar, y cantan en coro las pocas canciones que han logrado componer. Como todas las plantas, aman intensamente el agua y a ensalzarla dedican sus mejores sinfonías, que son dos y las podéis oír en todos los bosques del mundo: una imita el ruido de la lluvia sobre el ramaje y la otra copia el rumor de un mar lejano. Alguna vez, en la penumbra de una arboleda, os habrá sorprendido el son de un aguacero que, distante al principio, va acercándose hasta pasar sobre vuestra cabeza; miráis el cielo por los intersticios del verdor, y está limpio y azul: ni una gota desciende a humedecer la tierra, pero el sonido continúa y se aleja y vuelve... (...) Otras veces se hace audible en el bosque el fragor -muy remoto- de un mar embravecido, el rodar de las olas desmelenadas y su choque sonoro contra los arrecifes. Juraríais que el océano abre sus llanuras poco más allá de la floresta, y, sin embargo, os separan de él muchos kilómetros; pero los pinos rodenos que viven en los acantilados han aprendido su canción y se la enseñaron a los demás árboles. Tan bien la saben que no falta ni el silbido del viento en las cuerdas de los navíos ni el correr del agua por la playa, que evoca el rasgarse de una tela sedosa.” (pp. 44-45)

“Y transcurrieron los días. Y los años.
Y vino la Muerte y pasó su esponja por toda la extensión de la fraga y desaparecieron estos seres y las historias de estos seres.
Pero detrás todo retoñaba y revivía, y se erguían otros árboles y se encorvaban otros hombres, y en las cuevas bullían camadas recientes y la trama del tapiz no se aflojó nunca.
Y allí están con sus luchas y sus amores, con sus tristezas y sus alegrías, que cada cual cree inéditas y como creadas para él, pero que son siempre las mismas, porque la vida nació de un solo grito del Señor y cada vez que se repite no es una nueva Voz la que la ordena, sino el eco que va y vuelve desde el infinito al infinito.” (p. 249)

domingo, 18 de marzo de 2012


Roger Caillois
NOÉ ET AUTRES TEXTES
Paris, 1970, Gallimard.


“Cuando la viña rebrotó, cogió la costumbre de emborracharse. Buscaba olvidar que había sido el instrumento y el cómplice de un crimen que comprendía cada vez menos. Ahora todas sus ideas, todos sus razonamientos terminaban acusando al Señor. Si el hombre era malo y corrupto, ¿de quién era la culpa? ¿Quién lo había creado así? ¿Era necesario crear sólo para destruir? ¿Por qué este universo desordenado en el que cada criatura devora a la otra? ¿Por qué unir a los malvados y a los inocentes en una misma masacre y, sobre todo, la pregunta retornaba de manera lancinante, la elección incomprensible del agua para aniquilar a una población de la cual una parte era precisamente acuática? (p. 31)

(La cita está referida, como señala el título, al personaje bíblico de Noé. La traducción es mía.)

Francisco García Pavón
LAS HERMANAS COLORADAS
Barcelona, 1970, Destino.


“-Digo y sostengo que en esta vida todo es un error, porque empieza por ser una pifia de la naturaleza el que el hombre exista.
-¿Y el que los perros existan, no? –le repreguntó Plinio muy serio.
-No señor. Los perros, los burros, los elefantes, los ballenatos y las chinches, como cuantos animales arpean sobre la tierra, vuelan o nadan, carecen de razón para darse cuenta de la trampa; y el hombre lo columbra apenas se le cuaja la sesera. La grande y tristísima peripecia del hombre es darse cuenta de que es acabadero. Ya que lo primero que descubrió con su inteligencia no fue la llama, la rueda o el vestido, sino su fin sin remedio. El animal ignora lo que es y lo que va a ser. El humano lo sabe y por eso es un puñado de agonías...” (pp. 13-14)

“Los falsos pintores como los falsos escritores, no saben ver directamente lo que desean pintar o escribir. Y lo que hacen es recordar borrosamente lo que otros pintaron o escribieron, y adecuarlo a lo que ellos quieren pintar o escribir. <<A su manera, pensaba Plinio que el verdadero artista es el que sabe comunicarse con las cosas y los tipos, y luego trasladar a los demás esa comunicación. Es decir, hacérselas ver como él las vio, porque sin él, los otros –lectores y espectadores- no las verían. Y el mal artista, ni se “comunica”, ni sabe comunicar a los otros, si no se refiere, torpemente, a otros comunicados y comunicadores anteriores.>>” (p. 124)

martes, 13 de marzo de 2012

Oliver Sacks
EL HOMBRE QUE CONFUNDIÓ A SU MUJER CON UN SOMBRERO
Barcelona, 2006, Anagrama.


"Fue Hipócrates quien introdujo el concepto histórico de enfermedad, la idea de que las enfermedades siguen un curso, desde sus primeros indicios a su clímax o crisis, y después a su desenlace fatal o feliz. Hipócrates introdujo así el historial clínico, una descripción o bosquejo de la historia natural de la enfermedad, que expresa con toda precisión el viejo término <<patología>>. Tales historiales son una forma de historia natural... pero nada nos cuentan del individuo y de su historia; nada transmiten de la persona y de la experiencia de la persona, mientras afronta su enfermedad y lucha por sobrevivir a ella. En un historial clínico riguroso no hay <<sujeto>>; los historiales clínicos modernos aluden al sujeto con una frase rápida (<<hembra albina trisonómica de 21>>), que podría aplicarse igual a una rata que a un ser humano. Para situar de nuevo en el centro al sujeto (al ser humano que se aflige y que lucha y padece) hemos de profundizar en su historial clínico hasta hacerlo narración o cuento; sólo así tendremos un <<quién>> además de un <<qué>>, un individuo real, un paciente, en relación con la enfermedad... en relación con el reconocimiento médico físico." (pp. 11-12)
E.M. Forster
UN VIAJE A LA INDIA
Madrid, 1981, Alianza Editorial.


"La vida, en su mayor parte, es tan insípida que no hay nada que decir de ella, y los libros y las conversaciones que quieran describirla como interesante se ven obligados a exagerar, con la esperanza de justificar su propia existencia. Dentro de su envoltura de trabajo u obligaciones sociales, el espíritu humano se dedica sobre todo a dormitar, advirtiendo la diferencia entre placer y dolor, pero mucho menos vigilante de lo que quisiéramos creer. Hasta en el día más emocionante hay períodos durante los que no sucede nada, y aunque seguimos exclamando <<cómo me divierto>> o <<estoy horrorizado>> no somos sinceros. <<En la medida en que siento algo, eso que siento es placer, horror...>> En realidad no se trata más que de eso, y un organismo perfectamente equilibrado guardaría silencio." (p. 167)

Marc Bloch
INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA
Madrid, 1980, FCE.


"Porque todo análisis requiere, de buenas a primeras, como herramienta, un lenguaje apropiado; un lenguaje capaz de dibujar con precisión el contorno de los hechos. Un lenguaje, sobre todo, que aun conservando la flexibilidad necesaria para adaptarse progresivamente a los descubrimientos no tenga flcutuaciones ni equívocos. Y precisamente ahí es donde nos duele a los historiadores. Un agudo escritor, que no nos quiere mucho, lo ha visto con claridad: <<Este momento capital de las definiciones y de las convenciones netas y especiales que acaban reemplazando a las significaciones de origen confuso y estadístico, no ha llegado todavía para la historia.>> Así habla Paul Valéry. Pero si es verdad que esa hora de la exactitud no ha sonado todavía, ¿es imposible que llegue alguna vez? ¿Y, sobre todo, por qué tarda tanto?" (p. 122)

viernes, 9 de marzo de 2012


Marina Mayoral
BAJO EL MAGNOLIO
Madrid, 2004, Santillana.


“Sí, supongo que sí, que estoy enamorada de él...
No, no lo digo muy feliz, ni siquiera muy convencida. La felicidad y el amor tienen poco que ver.
Quizá estás en lo cierto. Quizá no estoy enamorada, sino empeñada en creerlo. Quizá lo que tengo es miedo a reconocer que me equivoqué, que todo fue un error inmenso. Pero ¿cómo le vas a decir a una monja enclaustrada que no hay vida eterna?” (p. 247)

Cormac McCarthy
LA CARRETERA
Barcelona, 2010, Random House Mondadori.


“¿Podemos encender fuego?, dijo el chico.
No tenemos encendedor.
El chico apartó la vista.
Lo siento. Se me cayó. No quería decírtelo.
No pasa nada.
Buscaré algún pedernal. He estado mirando por el camino. Y todavía nos queda el frasquito de gasolina.
Bueno.
¿Tienes mucho frío?
Estoy bien.
El chico recostó la cabeza en el regazo del hombre. Al cabo de un rato dijo: Van a matar a esas personas, ¿verdad?
Sí.
¿Por qué tienen que hacerlo?
No lo sé.
¿Se los van a comer?
No lo sé.
Se los comerán, ¿verdad?
Sí.
Y nosotros no podíamos ayudarlos porque se nos habrían comido también.
Sí.
Y por eso no podíamos ayudarlos.
Sí.
Vale.” (p. 97)

Gandhi
LA VOIE DE LA NON-VIOLENCE
Paris, 2008, Gallimard.


“El <<gandhismo>> no existe y no deseo ver constituirse una secta después de mí. No pretendo en ningún caso ser el origen de una nueva doctrina. Simplemente he querido, a mi manera, aplicar principios de valor eterno a nuestra vida cotidiana. Para mí no se trata de entregar un código (...) Mis opiniones y conclusiones no son definitivas. Puedo aportar modificaciones de hoy a mañana. No tengo nada nuevo que enseñar al mundo. La verdad y la no-violencia no tienen edad. (...) Por instinto, es la verdad y no la no-violencia lo que me atrae. Como dijo tan certeramente una vez un monje jainista, soy más un apasionado de la verdad que de la no-violencia. (...) De hecho, ha sido buscando la verdad como he descubierto la no-violencia.” (pp. 102-103)

“Ya han intentado varias veces atentar contra mi vida, pero hasta el momento Dios me ha protegido, y mis agresores se han arrepentido de haber actuado así. Si alguien debiera matarme creyendo desembarazarse de un canalla, no será al verdadero Gandhi al que mate sino a aquél que haya creído ver bajo esa luz engañosa.” (p. 118)

(Las traducciones son mías.)

martes, 6 de marzo de 2012


Antonio Orejudo
FABULOSAS NARRACIONES POR HISTORIAS
Barcelona, 2007, Tusquets.


“La conferencia, todo hay que decirlo, fue aburridísima, letal. A Unamuno le traían al fresco todas esas teorías modernas sobre los límites de la atención humana. Él jamás se había preocupado de ser ameno; de algún modo consideraba que su propia presencia despertaba ya la atención. Su charla duró hora y media, y al final las mayor parte de los asistentes estaba cabeceando porque Unamuno sería Unamuno, pero hora y media sobre la madre española también era hora y media sobre la madre española. Al final de la charla, se abrió un turno de preguntas, que despertó a los asistentes. ¿Usted qué piensa, don Miguel, de tal cosa? ¿Qué opina usted, don Miguel, de tal otra? Y así, todos; ya se sabe cómo son estas cosas. Todo transcurría por su cauce hasta que levantó la mano un muchacho, que tenía me acuerdo perfectamente un parche en el ojo, y le hizo, literalmente, esta pregunta:
   <<Maestro, ¿es verdad eso que dicen de que su madre, q.e.p.d., sólo experimentaba placer cuando, después de hacer mucha fuerza, por fin conseguía expulsar el chorizo de caca entero, como una seda, sin que el esfínter lo cortara con una contracción refleja?>>.
   Yo creo que todos sentimos lo mismo: una especie de vahído, como si no nos cupiera en la cabeza que esto pudiera suceder. Don Miguel se levantó y se fue hacia él. Nadie lo detuvo, no sé por qué; bueno, sí sé por qué: porque era don Miguel de Unamuno y a ver quién era el guapo que le cortaba el paso. Se dirigió hacia el tipo de la pregunta y le arreó un bofetón de aquí te espero. Acto seguido se marchó sin decir esta boca es mía.” (p. 152)

Noam Chomsky
ACTOS DE AGRESIÓN
Barcelona, 2004, Crítica.


"Los ingleses utilizaron armas químicas, con muy buenos resultados, según el mando británico, cuando en 1919 intervinieron en el norte de Rusia contra los bolcheviques. Como secretario de Estado en el ministerio de la Guerra en 1919, Winston Churchill vio con entusiasmo las posibilidades de <<usar gases tóxicos contra tribus incivilizadas>> -kurdos y afganos- y autorizó al mando de la RAF en Oriente Próximo a usar armas químicas <<contra árabes recalcitrantes, a modo de experimento>>. Churchill rechazó y calificó de <<irrazonables>> las objeciones del ministerio para la India y deploró los <<remilgos acerca del empleo del gas>>. Explicó que <<en ninguna circunstancia podemos consentir la no utilización de cualquier tipo de armas de que dispongamos para poner fin rápidamente al desorden que predomina en la frontera>>; y dijo que las armas químicas no representan más que <<la aplicación de la ciencia occidental a la guerra moderna>>. (pp. 145-146)

"El concepto de <<estado delincuente>> tiene muchos matices. Así, Cuba puede considerarse uno de los principales <<estados delincuentes>> debido a su supuesta relación con el terrorismo internacional, pero Estados Unidos no entra en esa categoría a pesar de sus ataques terroristas contra Cuba durante cerca de cuarenta años (...) Cuba era un <<estado delincuente>> cuando sus fuerzas militares se encontraban en Angola, donde respaldaban al gobierno contra los ataques sudafricanos apoyados por Estados Unidos. Sudáfrica, en cambio, no era un <<estado delincuente>> entonces, ni tampoco durante los años de Reagan, cuando causó daños por valor de más de 60.000 millones de dólares y un millón y medio de muertos en los estados vecinos según una comisión de la ONU, por no hablar de algunos sucesos en el propio país... y con amplio apoyo de los Estados Unidos y Gran Bretaña. La misma exención se aplica a Indonesia y a muchos otros.
   Los criterios son bastante claros: <<estado delincuente>> no es sencillamente un estado criminal, sino un estado que desobedece las órdenes de los poderosos... los cuales, huelga decirlo, están exentos." (pp. 153-154)

Los dos textos pertenecen al artículo "Estados delincuentes".
John Boyne
EL NIÑO CON EL PIJAMA DE RAYAS
Barcelona, 2009, Salamandra.


“—Bruno —dijo entonces con infinita paciencia, como si no hubiera en el mundo nada más evidente que aquello—, la alambrada no está ahí para impedir que nosotros vayamos al otro lado. Está para impedir que ellos vengan aquí.
   El niño reflexionó sobre aquello, pero no sacó nada en claro.
   —Pero ¿por qué? —preguntó.
   —Porque hay que mantenerlos juntos —explicó Gretel.
   —¿Con sus familias, quieres decir?
   —Bueno, sí, con sus familias. Pero también con los de su clase.
   —¿Qué quieres decir?
   Gretel suspiró y sacudió la cabeza.
   —Con los otros judíos, Bruno. ¿No lo sabías? Por eso hay que mantenerlos juntos. No pueden mezclarse con nosotros.
   —Judíos —repitió Bruno, experimentando con la palabra. Le gustaba cómo sonaba—. Judíos —repitió—. Toda la gente que hay al otro lado de la alambrada es judía.
   —Exacto —confirmó Gretel.
   —¿Nosotros somos judíos?
   Gretel abrió la boca como si le hubieran dado una bofetada.
   —No, Bruno —exclamó quedamente—. No, claro que no. Y eso no deberías ni insinuarlo.
   —¿Por qué? Entonces ¿qué somos nosotros?
  —Nosotros somos... —empezó Gretel, pero tuvo que pararse a pensar—. Nosotros somos... —repitió, pues no estaba muy segura de la respuesta—. Mira, nosotros no somos judíos —dijo al final.
   —Eso ya lo sé —replicó Bruno con frustración—. Lo que te pregunto es qué somos, si no somos judíos.
   —Somos lo contrario —dijo Gretel rápidamente, y se quedó muy satisfecha con su respuesta—. Sí, eso es. Nosotros somos lo contrario.
   —Ah, vale. —Bruno se alegró de entenderlo por fin—. Y los contrarios vivimos en este lado de la alambrada y los judíos viven en el otro.
   —Exacto, Bruno.
   —¿Es que a los judíos no les gustan los contrarios?
   —No; es a nosotros a quienes no nos gustan ellos, estúpido.
Bruno frunció el entrecejo. A Gretel le habían dicho infinidad de veces que no debía llamar estúpido a su hermano, pero aun así ella seguía haciéndolo.
   —Ah. ¿Y por qué no nos gustan? —preguntó.
   —Porque son judíos.
   —Ya entiendo. Los contrarios y los judíos no se llevan bien.
  —Exacto —dijo Gretel, que había descubierto algo raro en su pelo y estaba examinándolo minuciosamente.” (pp. 180-182)

domingo, 4 de marzo de 2012

Natsume Soseki
KOKORO
Madrid, 2009, Gredos.


“Tal vez estoy repitiendo algo que reconoce todo el mundo, pero creo que entre un hombre y una mujer que son buenos amigos y se ven muchas veces no hay esa frescura tan estimulante y necesaria para el enamoramiento. Para captar el perfume del incienso, hay que olerlo en el momento de quemarse; para saborear al máximo el sake, hay que degustarlo en el instante de meterlo en la boca por primera vez. Igualmente, en el impulso del amor, debe existir un punto clave en el tiempo. Si ese punto se deja pasar, si una persona se acostumbra a la otra, puede surgir el cariño, pero el nervio del enamoramiento poco a poco se va paralizando.” (p. 207)

“Creo, en efecto, que ya a los dieciséis o diecisiete años me había asombrado al descubrir en el mundo la existencia de la belleza. Muchas veces, dudaba de lo que veía y frotándome los ojos exclamaba: <<¡Qué hermoso!>>. Es a los dieciséis o diecisiete años cuando los chicos y las chicas llegan a la pubertad. Al entrar en ella, descubría la belleza en las chicas por primera vez. Mis ojos, hasta entonces ciegos a las mujeres, acababan de reparar de repente en su existencia. Mi mundo se había renovado por completo.” (p. 210)
Tomás Moro
UTOPÍA
("Utopías del Renacimiento"/ Tomás Moro, Tomaso Campanella, Francis Bacon)
Madrid, 1980, F.C.E.


"tan diversos son los paladares de los hombres, caprichosas las inteligencias de algunos, ingratos los espíritus y desagradables los juicios, que parecen avenirse mejor con quienes, alegres y reidores, se abandonan a su propio instinto que con los que sienten la preocupación de producir algo que pueda ser útil y agradable a esos mismos seres, desdeñosos o desagradecidos. Muchos ignoran la literatura, otros muchos la desprecian; el bárbaro rechaza como duro todo lo que no sea absolutamente bárbaro; los <<sabelotodo>> desprecian por trivial cuanto no aparezca sembrado de vocablos insólitos. Algunos sólo gustan de lo antiguo, muchos únicamente de lo suyo. Aquél es tan adusto que no admite broma alguna; éste es tan romo que no tolera las agudezas. Tan necios son algunos que huyen de cualquier chanza como del agua el mordido por un perro rabioso. Otros tan versátiles, que sentados aplauden una cosa y otra estando de pie. (...) Hay por fin otros tan desagradecidos que, aunque se deleitan sin tasa con una obra, no por ello aprecian a su autor, como esos huéspedes ingratos que, agasajados magníficamente con opíparo banquete, se marchan, hartos, sin dar las gracias al que los ha invitado." (pp. 41-42)

"Por otra parte, amigo Moro (pues voy a decirte con sinceridad lo que pienso) estimo que dondequiera que exista la propiedad privada y se mire todo por el dinero, será difícil que el Estado obre justa y acertadamente." (p. 71)