domingo, 8 de noviembre de 2020

Dennis Lehane
ESE MUNDO DESAPARECIDO (I)
Barcelona, 2017, Salamandra.



“Cuando en el treinta y siete, el Rey Lucius quiso mandar un mensaje, Billy Kovich sacó a Edwin Musante en una barca, le ató las manos a la espalda, le inmovilizó las piernas, le rajó partes de ambas piernas y del abdomen con una navaja y luego lo sujetó con una cadena por debajo de las axilas. Edwin Musante estaba vivo y del todo consciente cuando Billy Kovich lo tiró al agua, soltó un poco de cadena y se puso a navegar lentamente por la bahía de Tampa. Paudric Dean, que cinco años después acabaría convertido a su vez en víctima de Billy, iba también ese día en la barca, y contaba con voz ahogada por la impresión lo que se oyó cuando aparecieron los dos primeros tiburones. Al principio sólo dieron algún mordisco tentativo, marcado por el tono agudo de los gritos de Edwin Musante. Luego, en cambio, cuando aparecieron los otros tres tiburones un centenar de metros más allá, los dos primeros empezaron a morder en serio. Cuando ya se habían reunido los cinco para darse un banquete frenético, Billy cortó la cadena que unía a Edwin a la barca y emprendió el regreso al puerto.” (pp. 214-215)