Oliver Sacks
DESPERTARES (II)
Barcelona, 2005, Anagrama.
“La señora C. sigue viva y está bien de salud, considerando la gravedad de su dolencia. La expresión de profunda paz ha vuelto a sus ojos, y parece haber recuperado la capacidad de revivir a voluntad, y por tiempo indefinido, las escenas y los momentos de su infancia. El único cambio operado en ella en relación con la época anterior al inicio del tratamiento con L-dopa es que ahora es objeto del amor, las atenciones y los invisibles regalos de un caballero surgido de sus alucinaciones que la visita fielmente cada noche.” (p. 224)
“La idea de que los agentes patógenos y los agentes terapéuticos obran por sí mismos, con independencia del medio en el que se encuentran, se atribuye a menudo a Pasteur. Por lo que resulta muy saludable recordar las palabras que pronunció en su lecho de muerte: «Bernard tiene razón: lo patógeno carece de importancia, es el terreno lo que cuenta.»” (p. 292)
[Claude Bernard fue un eminente médico francés del siglo XIX; la cursiva pertenece a la cita.]
“En nuestra época, los ejemplos más brillantes de esas biografías (o «patografías») son las insuperables historias clínicas de Freud. Éste demuestra en ellas, con absoluta claridad, que la naturaleza progresiva de la enfermedad neurótica y de su tratamiento sólo puede ponerse de manifiesto mediante la biografía.” (p. 293)
“Edith T., la paciente que trataba con tanta elocuencia el tema de la música (…) tenía grandes dificultades para echar a andar, pero podía hacerlo perfectamente si alguien la acompañaba. Sus comentarios acerca de este fenómeno resultan extremadamente interesantes: «Cuando anda usted conmigo», me dijo, «siento en mí su capacidad de andar. Comparto esa capacidad, así como la libertad de la que usted goza. Comparto su capacidad de andar, sus percepciones, sus sensaciones, su existencia. Sin saberlo, me hace usted un gran regalo.»” (p. 345)
[Las cursivas pertenecen al texto.]