viernes, 21 de febrero de 2025

 


Émile Zola
THÉRÈSE RAQUIN (II)
La Bibliothèque électronique du Québec
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“La Morgue est un spectacle à la portée de toutes les bourses, que se paient gratuitement les passants pauvres ou riches. La porte est ouverte, entre qui veut. Il y a des amateurs qui font un détour pour ne pas manquer une de ces représentations de la mort. Lorsque les dalles sont nues, les gens sortent désappointés, volés, murmurant entre leurs dents. Lorsque les dalles sont bien garnies, lorsqu’il y a un bel étalage de chair humaine, les visiteurs se pressent, se donnent des émotions à bon marché, s’épouvantent, plaisantent, applaudissent ou sifflent, comme au théâtre, et se retirent satisfaits, en déclarant que la Morgue est réussie, ce jour-là.
   Laurent connut vite le public de l’endroit, public mêlé et disparate qui s’apitoyait et ricanait en commun. Des ouvriers entraient, en allant à leur ouvrage, avec un pain et des outils sous le bras ; ils trouvaient la mort drôle. Parmi eux se rencontraient des loustics d’atelier qui faisaient sourire la galerie en disant un mot plaisant sur la grimace de chaque cadavre ; ils appelaient les incendiés des charbonniers ; les pendus, les assassinés, les noyés, les cadavres troués ou broyés excitaient leur verve goguenarde, et leur voix, qui tremblait un peu, balbutiait des phrases comiques dans le silence frissonnant de la salle.  (…)
   Par moments, arrivaient des bandes de gamins, des enfants de douze à quinze ans, qui couraient le long du vitrage, ne s’arrêtant que devant les cadavres de femmes. Ils appuyaient leurs mains aux vitres et promenaient des regards effrontés sur les poitrines nues. Ils se poussaient du coude, ils faisaient des remarques brutales, ils apprenaient le vice à l’école de la mort. C’est à la Morgue que les jeunes voyous ont leur première maîtresse.” (pp. 158-160)


“La Morgue es un espectáculo al alcance de todos los bolsillos que se regalan los transeúntes pobres y ricos. La puerta está abierta; entra quien quiere. Existen aficionados que dan un rodeo para no perderse ninguna de esas representaciones de la muerte. Cuando las mesas están vacías, la gente se va, decepcionada, estafada, murmurando entre dientes. Cuando hay un buen escaparate de carne humana, los visitantes se apiñan, gozan de emociones baratas, se espantan, bromean, aplauden o silban, como en el teatro, y se marchan contentos, diciendo que, ese día, la Morgue ha sido todo un éxito.
   Laurent conoció enseguida al público de aquel lugar, un público diverso y variopinto que se compadecía y se burlaba en comandita. Entraban obreros de camino al trabajo, llevando bajo el brazo un pan y las herramientas de su oficio; la muerte les hacía gracia. Entre ellos había chistosos de taller que hacían sonreír a la galería con sus ocurrencias acerca de la mueca de cada cadáver: llamaban carboneros a quienes habían muerto en un incendio; los ahorcados, los asesinados, los ahogados, los cadáveres agujereados o triturados estimulaban su verbo socarrón, y sus voces, un tanto temblonas, balbuceaban frases cómicas en el estremecedor silencio de la sala.
(…)
   A veces entraban pandas de chiquillos, críos entre doce y quince años, que corrían a lo largo de la cristalera y que sólo se detenían ante los cadáveres de mujeres. Apoyaban las manos en el cristal y paseaban miradas descaradas sobre sus pechos desnudos. Se daban codazos, hacían comentarios brutales, aprendían el vicio en la escuela de la muerte. Los jóvenes
gamberros tenían su primera amante en la Morgue.”
[La traducción es mía.]


miércoles, 19 de febrero de 2025

Lewis Dartnell
ORÍGENES. CÓMO LA HISTORIA DE LA TIERRA DETERMINA LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD (III)
Barcelona, 2020, Debate.

 

“China tiene dos razones estratégicas principales para desear ejercer el control sobre la meseta tibetana. La primera es militar: garantizar que India no intente obtener una posición dominante, situándose literalmente por encima de la zona central de China, y con ello evitar la posibilidad de que use la región como un terreno de pruebas para una invasión de las llanuras situadas abajo. Aun cuando India no ocupara la meseta, a China le preocupa que, si concediera autonomía política al Tíbet, a aquella se le pudiera permitir establecer bases militares allí. Pero no cabe duda de que es más importante todavía un recurso simple, pero absolutamente vital, que la meseta tibetana proporciona: agua.
   El Tíbet es la meseta más alta y más extensa del mundo, y sus decenas de miles de glaciares contienen la mayor reserva de hielo glacial y de permafrost fuera del Ártico y de la Antártida. A menudo a este altiplano se lo considera el Tercer Polo del planeta. El agua de deshielo de estos glaciares y de la nieve derretida forma la cabecera de diez de los mayores ríos que se extienden desde allí a toda la zona sudoriental de Asia, entre ellos el río Amarillo, el Yangtsé, el Mekong, el Indo, el Brahmaputra y el Salween. Todos estos grandes ríos transportan enormes cantidades de sedimentos erosionados de las montañas para fertilizar sus llanuras de inundación y los arrozales allí establecidos.[89]
   Así, la meseta tibetana sirve como la torre de agua de toda la región continental, al almacenar y distribuir el precioso recurso a lo largo de estos ríos para proporcionar agua potable, irrigación y energía hidroeléctrica a más de 2.000 millones de personas. Es este depósito de vastas cantidades de agua dulce, así como los ricos yacimientos de cobre y hierro de la meseta, lo que China busca controlar para su población y economía crecientes.” (pp. 103-104)


Émile Zola
THÉRÈSE RAQUIN
La Bibliothèque électronique du Québec
https://beq.ebooksgratuits.com/


“Le vieux Michaud étalait une face blafarde, tachée de plaques rouges, une de ces faces mortes de vieillard tombé en enfance ; Grivet avait le masque étroit, les yeux ronds, les lèvres minces d’un crétin; Olivier, dont les os perçaient les joues, portait gravement sur un corps ridicule, une tête roide et insignifiante; quant à Suzanne, la femme d’Olivier, elle était toute pâle, les yeux vagues, les lèvres blanches, le visage mou. Et Thérèse ne trouvait pas un homme, pas un être vivant parmi ces créatures grotesques et sinistres avec lesquels elle était enfermée; parfois des hallucinations la prenaient, elle se croyait enfouie au fond d’un caveau, en compagnie de cadavres mécaniques, remuant la tête, agitant les jambes et les bras, lorsqu’on tirait des ficelles. L’air épais de la salle à manger l’étouffait; le silence frissonnant, les lueurs jaunâtres de la lampe la pénétraient d’un vague effroi, d’une angoisse inexprimable.” (pp. 50-51)

“El viejo Michaud exhibía una cara demacrada, manchada de placas rojas, una de esas caras muertas de anciano infantilizado; Grivet tenía la fisonomía estrecha, ojos redondos, los labios delgados de cretino; Olivier, con unos huesos que le atravesaban las mejillas, llevaba con seriedad sobre un cuerpo ridículo, una cabeza tiesa e insignificante; en cuanto a Suzanne, la mujer de Olivier, era completamente pálida, de mirada perdida y rostro blando. Y Thérèse no encontraba ningún hombre, ningún ser vivo entre aquellas criaturas grotescas y siniestras con las que estaba encerrada; a veces la asaltaban alucinaciones, se creía enterrada en el fondo de una cripta en compañía de cadáveres mecánicos que meneaban la cabeza y movían las piernas y los brazos cuando tiraban de los hilos. El ambiente cargado del comedor la asfixiaba; el estremecedor silencio y los resplandores amarillentos de la lámpara la sumían en un espanto indefinido, de una angustia indescriptible.”
[La traducción es mía.]


Lewis Dartnell
ORÍGENES. CÓMO LA HISTORIA DE LA TIERRA DETERMINA LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD (II)
Barcelona, 2020, Debate.

 

“No tenemos cuatro estómagos, como los de la vaca, que nos permitan descomponer materia vegetal dura para liberar sus nutrientes. Por lo tanto, escogimos especies de plantas que producen un germen de energía en sus granos (que, desde el punto de vista botánico, son frutos) y aplicamos al problema nuestro cerebro en lugar de nuestro estómago. La rueda de molino que usamos para moler el grano y convertirlo en harina (y los mecanismo que inventamos a lo largo de la historia para impulsar su rotación, como la noria o el molino de viento) es una extensión tecnológica de nuestros dientes molares. Y el horno que empleamos para cocinar esta harina y hacer pan, o la cacerola que empleamos para hervir arroz o verduras, son algo así como sistemas predigestivos externos. Hemos aplicado el poder químicamente transformador del calor y el fuego para descomponer los complejos compuestos vegetales y poder así absorber sus nutrientes.” (pp. 80-81)

Tim O'Brien
LAS COSAS QUE LLEVABAN LOS HOMBRES QUE LUCHARON (III)
Barcelona, 2022, Anagrama.



“Psicología: eso era algo que yo conocía. No tratas de asustar a la gente a plena luz. Esperas. Porque la oscuridad te aprieta dentro de ti mismo, quedas apartado del mundo externo, la imaginación toma el mando. Eso es psicología básica. Había hecho bastantes guardias nocturnas como para saber que el factor del miedo se multiplica cuando estás sentado allí hora tras hora, sin nadie con quien hablar, sin nada que hacer salvo mirar el gran agujero negro en el centro de tu propia alma preocupada. Las horas pasan y pierdes el giroscopio; tu mente empieza a vagar. Piensas en armarios oscuros, en dementes, en asesinos bajo la cama, en todos los miedos infantiles. Brujas y duendes y gigantes. Tratas de bloquearlo, pero no puedes. Ves fantasmas. Parpadeas y sacudes la cabeza. ¡Chorradas!, te dices. Pero después recuerdas a los hombres que murieron: Curt Lemon, Kiowa, Ted Lavender, media docena más cuyas caras ya no puedes ver con nitidez. Y pronto empiezas a meditar en las historias que oíste sobre la magia de Charlie. Aquella vez en que unos tipos acorralaron a dos vietcong en un túnel sin salida, ciego, pero cuando el túnel fue abierto y revisado no se encontró nada salvo un montón de ratas muertas. Cien historias. Fantasmas que limpiaban un pelotón entero de marines en veinte segundos, ni uno más. Fantasmas que se alzaban de entre los muertos. Fantasmas detrás de ti y frente a ti y dentro de ti. Después de un tiempo, cuando la noche avanza, sientes un zumbido extraño en los oídos. Los sonidos pequeños aumentan y se distorsionan. Los grillos hablan en código; la noche adquiere un curioso timbre electrónico. Retienes el aliento. Te enroscas y tensas los músculos y escuchas, con los nudillos endurecidos, el pulso latiéndote en la cabeza. Oyes que los espectros se ríen. No es broma: se ríen. Te yergues de golpe, quedas congelado, miras la oscuridad con los ojos entrecerrados. No es nada, sin embargo. Pones el arma en tiro automático. Te agachas más y cuentas las granadas y te aseguras de que el seguro esté a punto para lanzamiento rápido y aspiras el aire profundamente y escuchas y tratas de no perder la calma. Y después, cuando pasa el tiempo suficiente, las cosas empiezan a ir mal.” (pp. 223-224)

Lewis Dartnell
ORÍGENES. CÓMO LA HISTORIA DE LA TIERRA DETERMINA LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD (I)
Barcelona, 2020, Debate.



“El resultado más sorprendente que se obtiene de estos estudios genéticos globales es que la especie humana es sumamente uniforme. A pesar de las diferencias regionales superficiales en el color del pelo y de la piel, o en la forma del cráneo, la diversidad genética entre los 7.500 millones de humanos que viven hoy en día en el mundo es asombrosamente baja. En realidad, hay más diversidad genética entre dos grupos de chimpancés que viven en orillas opuestas de un río de África central que entre humanos que viven en rincones opuestos del mundo.” (p. 57)

domingo, 16 de febrero de 2025

Tim O'Brien
LAS COSAS QUE LLEVABAN LOS HOMBRES QUE LUCHARON (II)
Barcelona, 2022, Anagrama.

 

“Una auténtica historia de guerra nunca es moral. No instruye, ni alienta la virtud, ni sugiere modelos de comportamiento humano correcto, ni impide que los hombres hagan las cosas que los hombres siempre han hecho. Si una historia parece moral, no la creáis. Si al final de una historia de guerra os sentís edificados, o si sentís que una partícula de rectitud se ha salvado de la devastación a gran escala, entonces habéis sido víctimas de una mentira muy antigua y terrible. No hay la más mínima rectitud. No hay virtud. En consecuencia, la primera regla básica es que puedes distinguir una auténtica historia de guerra por su lealtad absoluta y sin concesiones a lo repugnante y lo soez.” (pp. 83-84)

 


Tim O'Brien
LAS COSAS QUE LLEVABAN LOS HOMBRES QUE LUCHARON (I)
Barcelona, 2022, Anagrama.



“Llevaban todo el bagaje de emociones de los hombres que podían morir. Pena, terror, amor, añoranza: eran cosas intangibles, pero aun siendo intangibles tenían una masa y una gravedad específica propias, tenían un peso tangible. Llevaban recuerdos vergonzosos. Llevaban el secreto compartido de la cobardía apenas contenida, el instinto de correr o quedarse paralizados o esconderse, y en muchos sentidos ésa era la carga más pesada de todas, porque nunca podían desprenderse de ella y exigía un equilibrio y una postura perfectos. Llevaban sus reputaciones. Llevaban el temor más grande del soldado, que es el temor a ruborizarse. Los hombres mataban y morían porque les daba vergüenza no hacerlo. Era lo que los había llevado a la guerra en primer lugar, nada positivo, ningún sueño de gloria u honor, sino sólo evitar el rubor del deshonor. Morían para no morirse de vergüenza. Se arrastraban dentro de túneles y avanzaban en cuña y soportaban el fuego enemigo. Cada mañana, a pesar de lo desconocido que podía esperarlos, obligaban a sus piernas a moverse. Aguantaban. Seguían cargando. No se sometían a la alternativa obvia, que era, sencillamente, cerrar los ojos y derrumbarse. Algo muy fácil. Aflojar los músculos y tropezar y caerte al suelo y quedarte despatarrado y no hablar y no moverte hasta que los compañeros te alzaban y te metían en el helicóptero que rugía y hundía la nariz y te devolvía al mundo. Todo se reducía a dejarse caer y, sin embargo, nadie se dejaba caer nunca. No era coraje, exactamente; la razón última no era el valor. Más bien estaban demasiado asustados para ser cobardes.” (p. 34)

miércoles, 12 de febrero de 2025

VIAJE DE EGERIA
El primer relato de una viajera hispana (II)
Madrid, 2024, LA LÍNEA DEL HORIZONTE.


“La supuesta Casa de la Virgen fue «milagrosamente» hallada en Éfeso (cerca de la actual Selçuk, Turquía), en un lugar indicado por la monja alemana Catherine Emmerich; ella habría conocido el punto exacto a través de unas «revelaciones divinas», hechas públicas en 1878. En la actualidad, es un próspero atractivo religioso-turístico. Lo cierto es que la Virgen María tuvo el primer templo a ella dedicado en Éfeso (se conservan las ruinas, del siglo IV). Y otra curiosa (y sospechosa) coincidencia: fue precisamente en esa ciudad, feudo de la diosa-madre oriental Artemisa, donde María recibió oficialmente el título de Madre de Dios, en el tercer concilio ecuménico, celebrado en el año 431.” (p. 121; nota 14.)

Antonio Gil de Zárate
DE LA INSTRUCCION PUBLICA EN ESPAÑA (IV)
Madrid, 1885, IMPRENTA DEL COLEGIO DE SORDO-MUDOS, CALLE DEL TURCO.
Oviedo, 1995, Pentalfa (edición facsímil íntegra).



“Entre los varios objetos que con él me he propuesto [Gil se refiere a este ensayo], ha sido el primero inculcar la necesidad de que se conceda á la Instrucción pública en España una protección mayor y más ilustrada que la que se le ha dispensado hasta ahora; persuadido, como estoy, de que casi todos nuestros males provienen del atraso en que nos encontramos respecto de las demás naciones europeas en punto tan vital para la civilización. Otro quizá, llevado de ciego patriotismo, hubiera ocultado tan lastimoso atraso, imaginando que el honor nacional se interesaba en pintar con más risueños colores el estado intelectual de este pais sin ventura. Mas cada cual entiende el patriotismo á su modo; y en cuanto á mí, creo que no se cura al enfermo ponderando una salud que no tiene, sino reconociendo sus verdaderas dolencias, para aplicarles el oportuno remedio.” (pp. 377-378, tomo III.)

 

VIAJE DE EGERIA
El primer relato de una viajera hispana (I)
Madrid, 2024, LA LÍNEA DEL HORIZONTE.


 

“De manera que teníamos que salir a la cabecera de aquel valle, ya que en ella se encontraban numerosas ermitas de santos varones, y se alzaba una iglesia sobre el lugar mismo de la zarza ardiente; este zarzal sigue floreciendo hoy en día y sigue echando brotes.
   Una vez que hubimos bajado de la sacra cima, nos acercamos hasta la zarza a eso de la hora décima. Esta es la zarza a la que antes me referí, desde la cual habló a Moisés el Señor envuelto en fuego, y que se encuentra en una explanada poblada por múltiples ermitas, y una iglesia en la cabecera de aquel valle. Delante de la iglesia se extiende un ameno jardín con agua abundante y excelente, hallándose la zarza dentro de dicho jardincillo. También se puede admirar, justo al lado, el lugar en que se encontraba el santo Moisés cundo el Señor le dijo: «Desata las correas de tu calzado», etc.
(…)
Nos mostraron asimismo el punto exacto donde se fabricó el becerro de oro, señalado hoy en día por un ingente monolito hincado en el suelo. (…) Nos enseñaron asimismo una peña de notables proporciones en el lugar exacto al que descendía el santo Moisés con Jesús, hijo de Navé, roca contra la cual estrelló las tablas que traía, arrebatado por la ira.” (pp. 61-64)

[Egeria fue una noble de la Gallaecia hispanorromana nacida en el siglo IV de nuestra era.]

miércoles, 5 de febrero de 2025

Antonio Gil de Zárate
DE LA INSTRUCCION PUBLICA EN ESPAÑA (III)
Madrid, 1885, IMPRENTA DEL COLEGIO DE SORDO-MUDOS, CALLE DEL TURCO.
Oviedo, 1995, Pentalfa (edición facsímil íntegra).




“Y no es ésta una cuestión puramente académica o de enseñanza: tiene un objeto más alto y trascendental. La separación de los dos derechos tiende á mantener la misma separación en el conocimiento de las cosas eclesiásticas y de las cosas civiles; y este divorcio conduce á la supremacía de las primeras sobre las segundas; porque la ignorancia de aquéllas en los letrados ha favorecido las invasiones del clero y el predominio de las ideas ultramontanas. Bien lo conocieron los Pontífices: si pusieron en poner el mayor cuidado en promover y enseñar el estudio del derecho canónico, no hicieron lo mismo respecto del derecho civil; y á tal punto llevaron su desvío hácia este último, que Honorio III, por su célebre decretal Super specula, lo prohibió terminantemente en la universidad de Paris, norma de todas, y adonde acudían discípulos de los más remotos países de la Cristiandad. Igual prohibición impuso el Cardenal Jiménez de Cisneros, al crear la universidad de Alcalá, en los estatutos que le diera; y lo mismo sucedió en otras muchas de España, donde, si era siempre de rigor la enseñanza de la teología y los cánones, que en ninguna faltaba, hallábase desterrada la de las leyes civiles, y más aún la de las leyes patrias.” (p. 152; tomo III.)

Carl Richmond
EINSTEIN
Barcelona, 1962, Ediciones G. P.



“(...) Alberto Einstein se me aparece como un sabio de cuerpo entero, y éste es quizá el mejor elogio, y tal vez el más original que pueda dedicársele, precisamente por no tener nada de académico.
   En fin, querido lector, habría anécdota para rato. Los sabios auténticos son así, e incluso saben jugar con las matemáticas para ofrecer al primer curioso que pasa deseando averiguar el secreto del éxito una fórmula maravillosa.
   -¿Desea usted una regla sencilla para obtener el éxito? Pues apunte la fórmula. Si A es el éxito, la fórmula podría expresarse así -le dijo Einstein a su encogido interlocutor:
   «A=X+Z+Y, en la que X representa el trabajo, Y el juego... y Z mantener cerrado el pico.»
   Y ante el asombro de su cada vez más apabullado interlocutor, Einstein cerró el pico y a otra cosa.” (pp. 78-79)

martes, 4 de febrero de 2025

Antonio Gil de Zárate
DE LA INSTRUCCION PUBLICA EN ESPAÑA (II)
Madrid, 1885, IMPRENTA DEL COLEGIO DE SORDO-MUDOS, CALLE DEL TURCO.
Oviedo, 1995, Pentalfa (edición facsímil íntegra).



“Comprendo que en las escuelas públicas y generales, no se tenga el excesivo rigor que se usa en algunas especiales por sus particulares circunstancias; mas todo tiene su límite y siempre hay derecho para exijir en aquéllas cuanto puede garantizar el aprovechamiento, al ménos hasta cierto punto. El único temor verdadero que tiene un escolar, es el del exámen: si falta ese temor, falta el estudio; y solo conservándolo, solo haciéndole ver á todas horas pendiente la reprobación sobre su cabeza, es como se consigue que haga esfuerzos para evitar su vergüenza, la pérdida del tiempo, y el enojo de sus padres. Con una prudente severidad, son tambien pocos al fin los reprobados; porque éste es el efecto de la general aplicación que aquélla promueve; y al propio tiempo se tiene el placer de ser justo, de que las buenas censuras sean merecidas, y de producir un bien, evitando que la enseñanza degenere en farsa ridícula y criminal.” (pp. 338-339; tomo II.)


 


ENSEÑAR HISTORIA CON UNA GUERRA CIVIL POR MEDIO
Introducción de Josep Fontana
Barcelona, 1999, Crítica.



“Progresos de la colonización de América
   Mientras en Europa todos los Estados sostenían empeñadas guerras, en América los españoles trabajaban pacíficamente, colonizando aquellas tierras descubiertas hacía ya más de ciento cincuenta años.” (p. 138; p. 63 del original.)

“En España se hacía una vida profundamente religiosa y al mismo tiempo se gozaba de las riquezas y hasta los menestrales hubo tiempos en que vistieron de sedas y brocados.” (p. 139; pp. 64-65 del original; la cita hace referencia a los siglos XVI y XVII.)

"España civilizó América, y allí, millones de hombres hablan el español, profesan la Religión Católica que España les llevó y tienen las mismas costumbres y los mismos apellidos nuestros. Porque el Imperio Español fue para América lo que había sido para España, en la Antigüedad, el Imperio Romano.
   Aquellos países florecientes y prósperos surgidos del Imperio Español, llaman a España la Madre Patria." (p. 144; p. 70 del original.)

“Los rojos se hicieron dueños de Madrid, Barcelona, Valencia y otras poblaciones, donde han cometido millares de asesinatos de personas de orden, lo mismo ancianos que mujeres y hasta niños, martirizándolos con ferocidad.” (p. 148; p. 76 del original.)

[Las citas pertenecen al MANUAL DE LA HISTORIA DE ESPAÑA, editada por el Instituto de España en 1939.]