Lewis Dartnell
ORÍGENES. CÓMO LA HISTORIA DE LA TIERRA DETERMINA LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD (III)
Barcelona, 2020, Debate.
“China tiene dos razones estratégicas principales para desear ejercer el control sobre la meseta tibetana. La primera es militar: garantizar que India no intente obtener una posición dominante, situándose literalmente por encima de la zona central de China, y con ello evitar la posibilidad de que use la región como un terreno de pruebas para una invasión de las llanuras situadas abajo. Aun cuando India no ocupara la meseta, a China le preocupa que, si concediera autonomía política al Tíbet, a aquella se le pudiera permitir establecer bases militares allí. Pero no cabe duda de que es más importante todavía un recurso simple, pero absolutamente vital, que la meseta tibetana proporciona: agua.
El Tíbet es la meseta más alta y más extensa del mundo, y sus decenas de miles de glaciares contienen la mayor reserva de hielo glacial y de permafrost fuera del Ártico y de la Antártida. A menudo a este altiplano se lo considera el Tercer Polo del planeta. El agua de deshielo de estos glaciares y de la nieve derretida forma la cabecera de diez de los mayores ríos que se extienden desde allí a toda la zona sudoriental de Asia, entre ellos el río Amarillo, el Yangtsé, el Mekong, el Indo, el Brahmaputra y el Salween. Todos estos grandes ríos transportan enormes cantidades de sedimentos erosionados de las montañas para fertilizar sus llanuras de inundación y los arrozales allí establecidos.[89]
Así, la meseta tibetana sirve como la torre de agua de toda la región continental, al almacenar y distribuir el precioso recurso a lo largo de estos ríos para proporcionar agua potable, irrigación y energía hidroeléctrica a más de 2.000 millones de personas. Es este depósito de vastas cantidades de agua dulce, así como los ricos yacimientos de cobre y hierro de la meseta, lo que China busca controlar para su población y economía crecientes.” (pp. 103-104)