miércoles, 22 de enero de 2020

Gilles Lipovetsky
EL IMPERIO DE LO EFÍMERO. LA MODA Y SU DESTINO EN LAS SOCIEDADES MODERNAS (III)
Barcelona, 1996, Anagrama. 
 

“El espíritu de la moda ha conseguido penetrar en el corazón del hombre democrático y se ha inmiscuido en la esfera de la solidaridad y la ética. La era de la moda no desemboca en el egoísmo pleno, sino en el compromiso intermitente, ligero, sin doctrina ni exigencia de sacrificio. No hay que desesperar del reino de la moda, el cual profundiza el cauce de los derechos del hombre y nos abre los ojos frente a las desgracias de la humanidad. Tenemos menos rigor doctrinario pero más preocupaciones humanitarias, menos abnegación ética pero más respeto a la vida, menos fidelidad pero más espontaneidad de masa. Ello no conduce ni al mejor ni al peor de los mundos.” (p. 320)

“Al invadir la esfera del ser-para-el-otro, la moda revela la dimensión oculta de su imperio: el drama de la intimidad en el corazón mismo del éxtasis por las novedades. La moda no es ni ángel ni demonio; existe también una tragedia de la levedad erigida en sistema social, una tragedia ineludible en la escala de las unidades subjetivas. El reino pleno de la moda pacifica el conflicto social, pero agudiza el conflicto subjetivo e intersubjetivo; permite más libertad individual, pero engendra una vida más infeliz. La lección es severa; el progreso de las Luces y el de la felicidad no van al mismo paso y la euforia de la moda tiene como contrapartida el desamparo, la depresión y la confusión existencial. Hay más estímulos de todo género pero mayor inquietud de vida; hay más autonomía privada pero más crisis íntimas. Esta es la grandeza de la moda, que le permite al individuo remitirse más a sí mismo, y ésta es la miseria de la moda, que nos hace cada vez más problemáticos, para nosotros y para los demás.” (p. 324 )