Umberto Eco
NÚMERO CERO
Barcelona, 2015, Penguin Random House.
"Los perdedores, como los autodidactas, tienen siempre conocimientos más vastos que los ganadores. Si quieres ganar tienes que saber una sola cosa y no perder el tiempo en sabértelas todas. El placer de la erudición está reservado a los perdedores. Cuanto más sabe uno, es que peor le han ido las cosas." (p. 20)
“¿Lo ven? Ya sé que se ha pontificado mucho sobre el hecho de que los periódicos escriben siempre obrero del sur agrede a compañero de trabajo y jamás obrero del norte agrede a compañero de trabajo; vale, vale, se trata de racismo, pero imaginen ustedes una página en la que se dijera: obrero de Cuneo, etcétera, etcétera; jubilado de Venecia mata a la mujer; quiosquero de Bolonia se suicida; albañil genovés firma un cheque sin fondos; ¿qué puede importarle al lector dónde ha nacido toda esa gente? Mientras que si estamos hablando de un obrero calabrés, de un jubilado de Matera, de un quiosquero de Foggia y de un albañil palermitano, entonces se crea preocupación en torno a la criminalidad del sur y eso hace noticia… Estamos en un periódico que se publica en Milán, no en Catania, y debemos tener en cuenta la sensibilidad de un lector milanés. Fíjense que hacer noticia es una buena expresión, la noticia la hacemos nosotros, y hay que saber hacerla ver entre líneas.” (pp. 59-60)
NÚMERO CERO
Barcelona, 2015, Penguin Random House.
"Los perdedores, como los autodidactas, tienen siempre conocimientos más vastos que los ganadores. Si quieres ganar tienes que saber una sola cosa y no perder el tiempo en sabértelas todas. El placer de la erudición está reservado a los perdedores. Cuanto más sabe uno, es que peor le han ido las cosas." (p. 20)
“¿Lo ven? Ya sé que se ha pontificado mucho sobre el hecho de que los periódicos escriben siempre obrero del sur agrede a compañero de trabajo y jamás obrero del norte agrede a compañero de trabajo; vale, vale, se trata de racismo, pero imaginen ustedes una página en la que se dijera: obrero de Cuneo, etcétera, etcétera; jubilado de Venecia mata a la mujer; quiosquero de Bolonia se suicida; albañil genovés firma un cheque sin fondos; ¿qué puede importarle al lector dónde ha nacido toda esa gente? Mientras que si estamos hablando de un obrero calabrés, de un jubilado de Matera, de un quiosquero de Foggia y de un albañil palermitano, entonces se crea preocupación en torno a la criminalidad del sur y eso hace noticia… Estamos en un periódico que se publica en Milán, no en Catania, y debemos tener en cuenta la sensibilidad de un lector milanés. Fíjense que hacer noticia es una buena expresión, la noticia la hacemos nosotros, y hay que saber hacerla ver entre líneas.” (pp. 59-60)