Rosa Montero
INSTRUCCIONES PARA SALVAR AL MUNDO
Madrid, 2008, Alfaguara.
“La Humanidad se divide entre
aquellos que disfrutan metiéndose en la cama por la noche y aquellos a quienes
les desasosiega irse a dormir. Los primeros consideran que sus lechos son nidos
protectores, mientras que los segundos sienten que la desnudez del duermevela
es un peligro. Para unos, el momento de acostarse supone la suspensión de las
preocupaciones; a los otros, por el contrario, las tinieblas les provocan un alboroto
de pensamientos dañinos y, si por ellos fuera, dormirían de día, como los
vampiros. ¿Has sentido alguna vez el terror de las noches, el ahogo de las
pesadillas, la oscuridad susurrándote en la nuca con su aliento frío que, aunque
no sepas el tiempo que te queda, no eres otra cosa que un condenado a muerte?
Y, sin embargo, a la mañana siguiente vuelve a estallar la vida con su alegre
mentira de eternidad.” (p. 9)
"Tal vez Dios, si existe, no sea más que un narrador loco con debilidad por las estructuras circulares, y de ahí que la existencia consista en salir de la oscuridad para regresar de modo indefectible a las tinieblas tras chisporrotear un poco por la vida." (p. 307)
"¿Por qué será que no nos cuesta nada creer en la ruindad, en la crueldad y el horror del mundo, mientras que cuando hablamos de buenos sentimientos enseguida se nos pinta un rictus irónico en la cara y lo consideramos una ñoñería?" (p. 312)
"Tal vez Dios, si existe, no sea más que un narrador loco con debilidad por las estructuras circulares, y de ahí que la existencia consista en salir de la oscuridad para regresar de modo indefectible a las tinieblas tras chisporrotear un poco por la vida." (p. 307)
"¿Por qué será que no nos cuesta nada creer en la ruindad, en la crueldad y el horror del mundo, mientras que cuando hablamos de buenos sentimientos enseguida se nos pinta un rictus irónico en la cara y lo consideramos una ñoñería?" (p. 312)