martes, 15 de noviembre de 2011

Luis Landero
EL GUITARRISTA
Barcelona, 2002, Tusquets.


“Creo que en un instante aprendí a ver el mundo de otra manera, organizado según un orden en el que apenas había reparado entonces. Pensé en la infinita cantidad de enmarcamientos que produce el hombre, y cómo ya sin darnos cuenta, amaestrados por la costumbre, vemos la realidad así,  cada objeto redefinido por otro  que lo abarca y confina en unos límites casi siempre artificiales o ficticios, y cómo nos cuesta entender las cosas que andan sueltas y sin marco por el mundo.” (p. 133)