domingo, 13 de noviembre de 2011

Haruki Murakami
SPUTNIK, MI AMOR
Barcelona, 2002, Tusquets.


"Fortalecerse, en sí mismo, no es malo. Claro está. Pero ahora creo que estaba demasiado acostumbrada a ser fuerte y que jamás traté de entender a los débiles. Estaba demasiado acostumbrada a que la fortuna me sonriera y jamás traté de entender a los menos afortunados. Estaba demasiado acostumbrada a gozar de salud y jamás traté de entender el sufrimiento de quienes a veces no la tenían. Cuando veía a personas que, no yéndoles bien las cosas, no sabían qué hacer o estaban paralizadas por el miedo, pensaba que se debía sólo a que no se esforzaban lo suficiente. Los que se quejaban a menudo me parecían intrínsecamente holgazanes. Mi concepción de la vida era decididamente práctica, pero falta de toda calidad humana. Y no había una sola persona a mi alrededor que me lo advirtiera." (p. 189)