martes, 22 de noviembre de 2011

Juan José Millás
EL DESORDEN DE TU NOMBRE
Madrid, 1988, Alfaguara.



"Vivimos una vida demasiado apegada a lo aparente, a lo manifiesto, a lo que sucede o parece suceder. Usted, por ejemplo, se cree que es mi psicoanalista y yo me creo que soy su paciente; mi secretaria se cree que yo soy su jefe y yo me creo que ella es mi secretaria (...) Así, con estas convenciones universalmente aceptadas, vamos viviendo. Y yo no digo que tales convenciones no tengan su utilidad: gracias a ellas se construyen ciudades y autopistas, se levantan imperios, se crean jerarquías y las cosas, en general, funcionan y funcionan de tal manera que todos acabamos por creer que suceden unas después de las otras y que las primeras son las causas de las segundas." (p. 125)

"Las leyes de la verosimilitud son diferentes en la realidad y en la ficción." (p. 130)

"En las comedias de enredo, nadie es lo que parece, y en ese sentido se podrían calificar de realistas." (p. 133)