VAGABUNDO EN ÁFRICA
Madrid, 1998, Aguilar-El País.
"Siempre he pensado que los grandes escritores guardan en su corazón un niño aventurero, y que sus personajes, triunfadores o derrotados, no son otra cosa que ese hombre que ellos hubieran querido ser o que han lamentado haber sido. Detrás de toda novela hay una aventura, real o imaginaria. Porque un buen escritor no es otra cosa que un perseguidor de sueños, un tipo que quisiera retener el tiempo a caballo de una estupenda peripecia." (p. 135)