Ilya Prigogine
EL NACIMIENTO DEL TIEMPO (III)
Barcelona, 2005, Tusquets.
EL NACIMIENTO DEL TIEMPO (III)
Barcelona, 2005, Tusquets.
“¿Cuáles son las exigencias que la física ha de satisfacer frente a un universo evolutivo? Veremos que hoy podemos enumerar tres exigencias: la irreversibilidad, la aparición de la probabilidad y la coherencia, que constituyen las condiciones para la existencia de las nuevas estructuras que ha descubierto la física de los procesos alejados del equilibrio.” (p. 44)
[Las cursivas pertenecen al texto.]
“Un ejemplo que impacta es la historia del clima, con sus numerosos períodos de glaciación desde el inicio del cuaternario. De esta manera es cómo podemos hablar de una historia del clima. Investigaciones recientes han podido demostrar que esta sola expresión ya implica que la biosfera es un sistema alejado del equilibrio. Un sistema en equilibrio no tiene y no puede haber tenido historia: no puede más que persistir en su estado, en el cual las fluctuaciones son nulas.” (p. 51)
[La cursiva pertenece al texto.]
“Tal vez seamos aquí tributarios de nuestro lenguaje. El tiempo no es la eternidad, ni el eterno retorno. Y no es solamente irreversibilidad y evolución. Quizás necesitemos hoy una nueva noción del tiempo capaz de trascender las categorías del devenir y de la eternidad.” (p. 76)
[Las cursivas pertenecen al texto.]
“Un ejemplo que impacta es la historia del clima, con sus numerosos períodos de glaciación desde el inicio del cuaternario. De esta manera es cómo podemos hablar de una historia del clima. Investigaciones recientes han podido demostrar que esta sola expresión ya implica que la biosfera es un sistema alejado del equilibrio. Un sistema en equilibrio no tiene y no puede haber tenido historia: no puede más que persistir en su estado, en el cual las fluctuaciones son nulas.” (p. 51)
[La cursiva pertenece al texto.]
“Tal vez seamos aquí tributarios de nuestro lenguaje. El tiempo no es la eternidad, ni el eterno retorno. Y no es solamente irreversibilidad y evolución. Quizás necesitemos hoy una nueva noción del tiempo capaz de trascender las categorías del devenir y de la eternidad.” (p. 76)