lunes, 19 de mayo de 2025

Textos para la reflexión

Tengo el hábito de escribir en un cuaderno de notas los pasajes más interesantes de las obras que leo o releo. Son fragmentos difícilmente clasificables, tanto en naturaleza como en extensión, pero todos ellos tienen algo en común: invitan a reflexionar. A veces proceden de obras encomiables y a veces no. Mi tino (o desatino) al elegirlos se reduce a los pasajes mismos, pero nunca a la obra completa. Poco a poco, y si el tiempo me lo permite, iré introduciendo en el blog algunos de estos textos. Cuando me ha sido posible he consignado la página de procedencia de la cita, pero no siempre he mantenido tan saludable costumbre. Espero que os sean de utilidad.


Agustín Izquierdo Alberca

Manuel Llano
MITOS Y LEYENDAS DE CANTABRIA
Santander, 1982, A.D.I.C.

 

“Hay otra versión que dice que «el ojáncanu es un animal con las mismas trazas de las personas, muy altu y muy gordu, con unos brazos larguísimos y fuertes.
   Al andar suelta un anjeu que se parece al de un jabalí vieju subiendo por una cuesta arriba.
   Nadie sabe de ónde viene ni a ónde va.
   Tien una cabeza muy grande, con unas melenas muy largas y regüeltas del color de la misma sangre.
   Las barbas también son muy regüeltas, como un matorral y del mismu color que las melenas. Na más que tien un oju grandísimu en mitá de la frente, que es muy morena, como la poca cara que se le ve entre las barbas y las melenas.
   Con el oju que de noche relumbra igual que los de un lobu, siempre mira de mal aquel, como esos hombres que no tienen pensamientu hunrau.
   El ojáncanu diz que vivía en las cuevas más escondidas del monte y mataba a tos los hombres que encontraba en el su camino, tirándolos con la piedra grandísima de una honda que hacía de la piel de los osos que mataba para alimentarse.
(…)
   Siempre andaba descalzo y diz que no se lijaba los pies onque pasara por encima de los escajos más agudos.
(…)
   Los viejos que ya eran viejos cuando los nuestros agüelos tenían ya hijos, decían que metía miedu ver al ojáncanu andar por encima de la nieve las noches claras de eneru. Diz que parecía como si encima de la nieve se hubiera encendíu una lumbre muy roja que juera andando.
(…)
Eran enemigos de las anjanas, a las que perseguían cuando las encontraban en los caminos, pero las anjanas podían hacerse invisibles y desaparecían en el mismu instante en que las manonas de los ojáncanus iban a posarse en la capa blanca de las anjanas.»” (pp. 58-59)

 


Martin Aurell
DIEZ IDEAS FALSAS SOBRE LA EDAD MEDIA (III)
Barcelona, 2024, Taurus.

 

“En la época antigua los patricios o aristócratas no hacían trabajos manuales, que estaban reservados a los plebeyos y a los esclavos. Apenas daban valor a los conocimientos prácticos y preferían dedicarse a la política, la magistratura o la filosofía. (…) Las élites grecolatinas se consideraban libres y solo querían ocuparse de las «artes liberales», para cultivarse y elevarse a la alta esfera de las ideas. La Edad Media heredó en gran medida esta noción de la ciencia, en sintonía con la jerarquía social: encima estaban los nobles, que nunca se rebajaban al trabajo manual, y debajo los menestrales, que ejercían oficios mecánicos.
   Hoy asistimos a un movimiento inverso: la mayoría de nuestros contemporáneos prefieren las ciencias «duras». Los estudios de comercio e ingeniería inauguran unas carreras tan bien remuneradas como socialmente prestigiosas. Por muy exigentes y honorables que sean, no deberían menoscabar el interés por las humanidades. La sociedad, a costa de un indiscutible empobrecimiento intelectual, suele desdeñar la utilidad de la filosofía, la historia, la literatura o el arte, pese a que garantizan un verdadero desarrollo personal y un equilibrio social y político. Desde este punto de vista, los antiguos y los medievales son admirables. Lo habían entendido...” (pp. 136-137)


Serguéi Eisenstein
LA PUESTA EN ESCENA
Madrid, 2018, La Pajarita de Papel.



“Turguéniev pensaba lo siguiente de la técnica literaria de Dostoievski: «¿Qué significa escribir 'en contra'? Cuando alguien está enamorado el corazón late con fuerza, y cuando se enfada su rostro enrojece, se desencaja. Esto es lo habitual. En cambio en Dostoievski todo se hace 'en contra'. Por ejemplo, si una persona se tropieza de repente con un león, ¿qué cree usted que hará? La persona se pondrá pálida del miedo y tratará de huir o de esconderse. Así sucedería por ejemplo en cualquiera de las aventuras escritas por Jules Verne. Pero Dostoievski escribirá: 'El hombre enrojeció pero no se movió de su sitio'. Esto es escribir 'en contra'. Es una manera chabacana de pretender adquirir reputación de escritor original.»” (p. 23)

Martin Aurell
DIEZ IDEAS FALSAS SOBRE LA EDAD MEDIA (II)
Barcelona, 2024, Taurus.



“En la Plena Edad Media nació la lectura silenciosa, que ensanchó el espacio interior de la conciencia y la introspección. Por primera vez la lectura se hacía para uno mismo. Esta práctica, todavía infrecuente, inauguró la metamorfosis de la lectura, que pasó de una experiencia oral y colectiva a otra silenciosa e íntima. La invención de la imprenta en la década de 1450 no hizo más que acrecentar este fenómeno.” (p. 56)
[Sería conveniente confrontar la cita de Aurell con la siguiente de San Agustin que puede consultarse en este mismo blog y que recojo para comodidad del lector (https://agustinizquierdoalberca.blogspot.com/search?q=Confesiones)]


San Agustín
LAS CONFESIONES
Madrid, 1986, Akal.


“«Cuando leía [sc. Ambrosio, obispo de Milán], sus ojos paseaban por encima de las páginas y su inteligencia penetraba en su sentido sin pronunciar palabra ni mover la lengua (*).
Muchas veces, estando yo presente ─pues nadie tenía prohibida la entrada, ni había costumbre de avisarle si venía alguien─ le vi leer así en silencio y nunca de otro modo. Una vez estando yo sentado un gran rato en silencio ─porque ¿quién se atrevería a molestar a un hombre tan absorto?─ me marché creyendo que no quería que le distrajera con otra cosa durante aquel tiempo que conseguía tener libre para reparar su espíritu, alejado del tumulto de los negocios ajenos. Y quizá obraba así para evitar que alguien que le escuchara, atento y absorto ante algún pasaje más oscuro que hubiera en el libro que leía, le pidiera que se lo explicara o le expusiera las cuestiones más difíciles, de modo que, gastando el tiempo en estas tareas, no pudiera leer tantos libros como deseaba.
Aunque el motivo más razonable para leer en voz baja también pudiera haber sido la conservación de la voz, ya que se ponía ronco con suma facilidad. De todos modos, cualquiera que fuera la razón por la que aquel hombre actuaba así, seguramente era una razón justa.» (Libro VI, capítulo III, 3.)
(*) Este modo de leer de Ambrosio, normal en nuestro tiempo, era insólito en tiempo de Ambrosio, pues se solía leer en alta voz, y por eso llama la atención de Agustín.”
[La nota con asterisco pertenece a Olegario García de la Fuente.]

San Agustín murió en 430 por lo cual, en sentido estricto, la lectura silenciosa puede considerarse anterior al Medievo.

Javier Cacho
NANSEN, MAESTRO DE LA EXPLORACIÓN POLAR (III)
Madrid, 2017, Fórcola.

 

“Creía que había que dejarse guiar por una nueva moralidad, «basada en la solidaridad y el amor», donde las reglas no debían seguirse por el miedo al castigo, sino por su contribución al bienestar del ser humano en este mundo. Llegando a afirmar que «un acto moral es aquel que tiene un efecto positivo sobre la persona y sobre la comunidad, mientras que uno inmoral es el que daña a la comunidad, a la persona o a las dos a la vez».” (pp. 455-456)

Martin Aurell
DIEZ IDEAS FALSAS SOBRE LA EDAD MEDIA (I)
Barcelona, 2024, Taurus.

 

“Un primer error es pensar que la Edad Media es uniforme. El largo milenio que abarca es de los más heteróclitos. El siglo V de la caída del Imperio romano de Occidente, el siglo XIII del florecimiento urbano y el siglo XV de los grandes descubrimientos marítimos tienen poco en común (véase el recuadro de la página 18). Pero siempre hay detractores que denigran todo el periodo en bloque. Las raíces de estos ataques son profundas, porque se hunden hasta los propios intelectuales de los siglos XIII y XIV, cuya autocrítica fue desviada de su intención primitiva por los modernos.
   La denigración se amplificó en el Renacimiento y aún más en la época de la Ilustración. Los pensadores del siglo XVIII usaron el periodo medieval como un espantajo que les confirmaba, por contraste, la justeza de sus ideas. Bajo su pluma o en sus conversaciones de salón aparece como un compendio de todas las injusticias, opresiones y fanatismos. Debidamente deformada y rebajada, la Edad Media se convierte en el revulsivo ideal que, gracias a una comparación muy injusta, pone en evidencia su supuesta genialidad.
   Entre las falacias que Voltaire despliega para sustentar la ideología de la ruptura, supuestamente radical, de la Ilustración con la tradición, está la firme creencia de los medievales en una tierra plana, más tarde desmentida por los grandes astrónomos y navegantes del siglo XVI —Copérnico y Galileo, Magallanes y Colón—. Sintiéndolo mucho por los ilustrados, la redondez del mundo era bien conocida desde la Antigüedad, y los maestros y enciclopedistas medievales conservaron esta idea hasta el Renacimiento. Igual de despectiva era la afirmación de los pensadores de peluca empolvada sobre la colusión entre el trono y el altar, entre la realeza y el catolicismo, en detrimento del pueblo. Estos sabios de salón, tan valientes para criticar a los medievales, bien habrían podido plantar cara a los «déspotas ilustrados» (según el oxímoron consagrado), a quienes prestaban su pluma de forma servil.” (pp. 14-15)

domingo, 4 de mayo de 2025

Mark Twain
CARTAS DESDE LA TIERRA (II)
Madrid, 2006, Trama.


“La historia humana de todos los tiempos aparece teñida de sangre, repleta de odio y manchada de crueldad; no obstante, desde los tiempos bíblico al menos, se ha observado siempre algún tipo de límite al respecto. Incluso la Iglesia, a la que se atribuye haber derramado desde el comienzo de su supremacía más sangre inocente que todas las guerras políticas juntas, ha practicado una suerte de moderación. En cambio, fijaos que cuando el Señor Dios del Cielo y de la Tierra, el adorado Padre de los Hombres va a la guerra, no conoce límites. Él, a quien llaman Fuente de toda piedad, es completamente despiadado. ¡No hace más que matar y matar! A todos los hombres, a todas las bestias, a todos los niños, a todos los bebés, y también a todas las mujeres y todas las niñas, salvo las que no hayan sido desfloradas.
   No distingue entre inocentes y culpables. Aquellos bebés eran inocentes, las bestias eran inocentes, muchos de los hombres, las mujeres, los niños y las niñas eran inocentes, y aún así tuvieron que sufrir con los culpables. Lo único que el demente Padre deseaba era sangre y padecimiento; le era indiferente de quién proviniera.” (CARTA XI; pp. 94-95)


Javier Cacho
NANSEN, MAESTRO DE LA EXPLORACIÓN POLAR (II)
Madrid, 2017, Fórcola.

 

“Ni siquiera salían fuera a estirar las piernas. Tenían las ropas tan desgastadas que les abrigaban muy poco y, además, del glaciar cercano bajaban ráfagas de viento tan fuertes que un día se llevaron rodando unos de los kayaks a más de cien metros de distancia. Sólo las auroras les hacían abandonar su cubículo para dejarse envolver por esas fantasmales pinceladas de luz de colores que formaban sobre sus cabezas ondulantes cortinas; silenciosas, flotaban etéreas llenando aquellos parajes yermos de vida para, después de un largo baile, disolverse en el cielo negro cuajado de millones de estrellas. Durante el tiempo que podían aguantar la mordedura del frío, permanecían fuera viendo la lluvia de rayos rojos y violetas que parecían proceder de una explosión cósmica, o la cascada de luz verde surgida de la nada que se extendía de un extremo a otro del campo visual y que los emocionaba en lo más profundo de sus almas, tan martirizadas por el desaliento y la soledad.” (p. 282)


 

Mark Twain
CARTAS DESDE LA TIERRA (I)
Madrid, 2006, Trama.

 

“Ambos Testamentos son interesantes, cada cual a su manera. El Antiguo nos muestra al Dios de esta gente tal y como era antes de que existiera la religión. da un retrato del Dios de este pueblo antes del inicio de la religión; el otro nos describe cómo fue después. El Antiguo Testamento se interesa sobre todo por la sangre y la sensualidad. El Nuevo por la Salvación... La Salvación por el fuego.
   La primera vez que Dios descendió a la Tierra, trajo la vida y la muerte; cuando vino por segunda vez, trajo el infierno.
   La vida no era un don valioso, pero la muerte sí. La vida era un sueño febril de alegrías amargadas con aflicciones, de goces envenenados con dolor. Una pesadilla nebulosa de placeres, éxtasis, exultaciones y alegrías espasmódicas y efímeras felicidades, aderezadas de sufrimientos, pesares, peligros, horrores, decepciones, derrotas, humillaciones y desdichas sin fin... la más angustiante maldición que pudiera imaginar el Ingenio divino. La muerte en cambio era dulce, benévola y amable; sanaba los espíritus doloridos y los corazones rotos concediéndoles la paz y el olvido. La muerte era la mejor amiga del hombre: cuando ya no podía soportar más la vida acudía a liberarle.
   Con el tiempo, la Deidad cayó en la cuenta de que la muerte era un error; un error en tanto en cuanto era insuficiente, e insuficiente por la razón de que si bien era un agente formidable para infligir desdicha al sobreviviente, al muerto le permitía escapar a cualquier acoso ulterior a través del bendito refugio de la tumba. Y eso no le gustaba. Había que idear un modo de perseguir a los muertos más allá de la sepultura.
   La Deidad meditó infructuosamente sobre esta cuestión durante cuatro mil años, pero tan pronto llegó a la Tierra y se convirtió en cristiano, la mente se le despejó y supo qué hacer: inventó el infierno y lo proclamó. (…) ¡Y lo cierto es que fue siendo Jesucristo cuando inventó el infierno y lo proclamó!” (CARTA X; pp. 82-83)

sábado, 19 de abril de 2025

Haruki Murakami
LOS AÑOS DE PEREGRINACIÓN DEL CHICO SIN COLOR
Barcelona, 2013, Tusquets.

 

“–La reflexión es como la barba: no crece hasta que alcanzas cierta madurez. Creo que lo dijo alguien -comentó Tsukuru-, no recuerdo quién.
–Fue Voltaire -apuntó el estudiante más joven. Y mientras se frotaba la barbilla con la palma de la mano, esbozó una sonrisa cándida y jovial–. Pero la frase no me parece muy acertada. Fíjate: yo apenas tengo barba y, en cambio, me gusta pensar. Me gustaba ya de pequeño.
   En efecto, su rostro era terso, sin el menor asomo de vello. Sus cejas eran finas, y sus orejas bien definidas, como dos hermosas conchas.
– A lo mejor Voltaire se refería más bien a la introspección y no a la reflexión -apuntó Tsukuru.
   El otro inclinó ligeramente la cabeza, dubitativo.
–Es el dolor lo que genera la introspección. No la edad, y mucho menos la barba.” (p. 55)

“En ese momento, por fin lo captó. En lo más profundo de sí mismo, Tsukuru Tazaki lo comprendió: los corazones humanos no se unen sólo mediante la armonía. Se unen, más bien, herida con herida. Dolor con dolor. Fragilidad con fragilidad. No existe silencio sin un grito desgarrador, no existe perdón sin que se derrame sangre, no existe aceptación sin pasar por un intenso sentimiento de pérdida. Ésos son los cimientos de la verdadera armonía.” (p. 263)

Javier Cacho
NANSEN, MAESTRO DE LA EXPLORACIÓN POLAR (I)
Madrid, 2017, Fórcola.



“Según se acercaban, empezaron a sentir en el aire un intenso olor a grasa rancia requemada y a distinguir las variopintas ropas de sus anfitriones confeccionadas exclusivamente con pieles. Al llegar los rodeó un coro de caras sonrientes que los miraban con la misma curiosidad con que ellos mismos observaban a los hombres y mujeres, niños y viejos que los cercaban.
(…)
Nansen y sus hombres fueron invitados a entrar en la tienda más grande, que debía de ser de la persona de mayor rango, adonde lo siguieron todos los que pudieron, hasta que el reducido local se llenó literalmente hasta rebosar. Si al aire libre los olores que emanaban de sus cuerpos y vestidos eran tolerable, en un lugar cerrado donde varias familias dormían, preparaban la comida, tiraban los desperdicios y realizaban todas sus necesidades fisiológicas, el hedor resultaba nauseabundo, hasta el punto de que Trana y Sverdrup no pudieron aguantar mucho rato y tuvieron que salirse.
   Además de aquella pestilencia, en el interior de la tienda se desarrolló ante sus atónitos ojos un espectáculo tal que Fridtjof se vio obligado a recurrir a continuos circunloquios para explicarlo en su libro a una sociedad puritana. Nada más entrar, hombres y mujeres de cualquier edad se desnudaban, quedándose con un mínimo taparrabos, y no sólo la familia, sino todos los vecinos y amigos que entraron con ellos.” (pp. 129-131)

[La cita se refiere al encuentro de Fridtjof Nansen (1861-19230) y sus expedicionarios con un grupo de esquimales de Groenlandia.]

E. H. Carr
LA REVOLUCIÓN RUSA: DE LENIN A STALIN (1917-1929)
Madrid, 1981, Alianza Editorial.

 

“En su quincuagésimo aniversario, Stalin había llegado a la cumbre de su ambición. Habían ocurrido ya bastantes cosas que daban la razón a las aprensiones de Lenin sobre su uso brutal y arbitrario del poder. Había mostrado ya una extraordinaria implacabilidad para imponer su voluntad y aplastar toda oposición a ella. Pero la revelación plena del carácter su dictadura aún tenía que llegar. Los horrores del proceso de colectivización, de los campos de concentración, de los grandes procesos teatrales, y de la matanza indiscriminada, con o sin proceso, no sólo de quienes se le habían opuesto en el pasado, sino también de muchos que le habían ayudado a su ascenso hacia el poder, acompañados por la imposición de una ortodoxia rígida y uniforme sobre la prensa, el arte y la literatura, la historia y la ciencia, y por la supresión de toda opinión crítica, dejarían una mancha que no podrían borrar la victoria en la guerra o sus secuelas. Las fluctuaciones de la reputación de Stalin entre sus compatriotas desde su muerte parecen reflejar emociones confusas y contradictorias de admiración y vergüenza. Esta ambivalencia puede persistir por mucho tiempo. Se ha invocado con frecuencia el precedente de de Pedro el Grande, y resulta asombrosamente adecuado. También Pedro fue un hombre de formidable energía y extrema ferocidad. Revivió y sobrepasó las peores brutalidades de zares anteriores, y su trayectoria excitó la repulsión de generaciones posteriores de historiadores. Sin embargo, sus éxitos en aprender de Occidente, en imponer a la primitiva Rusia los fundamentos materiales de la civilización moderna, y en dar a Rusia un lugar entre las potencias europeas, les obligarían a concederle, aunque con reluctancias, el derecho a la grandeza. Stalin fue el déspota más despiadado que Rusia había conocido desde tiempos de Pedro, y fue también un gran occidentalizador.” (pp. 220-221)


Emilia Pardo Bazán
LA GOTA DE SANGRE Y OTROS RELATOS POLICÍACOS
Madrid, 2021, Ediciones Letra Grande.

 

“Un olor es una cosa viva, o al menos un duende que se nos mete en el ánimo y lo conturba, y lo posee, y lo embriaga. Yo perdí la razón y me entregué a la sugestión del perfume. Abrió ella lentamente los ojos, suspiró, y con impensado movimiento, echó a mi cuello los brazos… Una sonrisa silenciosa florecía en el rojo cáliz de su boca sangrienta, y en el negro abismo de sus pupilas, un reflejo infernal me atraía y me espantaba. No era la mujer y sus ya conocidos lazos y redes lo que causaba mi fascinación maldita; era la idea de que aquella boca estaba macerada en el amargo licor del crimen, en la esencia de la maldad humana, que es también la esencia de nuestro ser decaído, y al morderla gustaría la manzana fatal, la de nuestra perdición y nuestra vida miserable…” (pp. 76-77)
[La cita pertenece a la novela corta LA GOTA DE SANGRE.]

“Salieron de las alforjas molletes de pan, dos pollos asados, una ristra de chorizos rojos, y la bota nos presentó su grata redondez pletórica, ahíta de sangre sabrosa y alegre. Nos disputamos el gusto de besarla y dejarla chupada y floja, bajo nuestras afanosas caricias de galanes sedientos. Los perros, con la lengua fuera y la mirada ansiosa, sentados en rueda, esperaban el momento de los huesos y mendrugos.” (p. 117)
[La cita pertenece al relato NUBE DE PASO.]

lunes, 24 de marzo de 2025

J. Vicens Vives
APROXIMACIÓN A LA HISTORIA DE ESPAÑA
Barcelona, 1986, VICENS-VIVES.




“Sólo más tarde Castilla comprobaría que la riqueza de un país es la base de toda política exterior afortunada; que una economía sana compensa mil batallas perdidas. Carlos I, monarca ecuménico, educado en el ambiente mercantil de Flandes, pudo haber dirigido la Monarquía hispánica en otro sentido (y así lo intentó al liberalizar el comercio americano en 1529); pero sus ambiciones le convirtieron en un forzado depredador de la riqueza castellana. Las guerras contra Francisco I de Francia revelaron la potencialidad de sus recursos, establecieron la hegemonía española en Italia tras la batalla de Pavía (1525) e iluminaron el continente con el esplendor de la coronación cesárea de Bolonia (1529). Pero ni lograron avasallar a Francia, ni atemorizar a los protestantes alemanes, ni frenar a los turcos osmanlíes, ni incluso detener la arrogancia de los berberiscos en las costas mediterráneas. Carlos I hizo su propia política, muchas veces vinculada al sentido heroico de lo borgoñón y al liberalismo erasmista y, por tanto, incomprensible para las altas esferas españolas. Pero de esta gran salida de Castilla a Europa del brazo del emperador, aquélla regresó a sus lares con una acentuada francofobia, un odio concentrado contra la heterodoxia y un desprecio mayúsculo respecto a la perversa y deslumbrante sociedad europea.
   La arremetida calvinista —un credo, un dogma, una mentalidad tan absoluta como los católicos— halló a Castilla en plena reacción espiritual. Gracias a un rígido encuadre del país bajo Felipe II (1556-1598), fue posible convertirlo en centro de la resistencia ortodoxa en toda Europa, con un papel a menudo divergente de las propias miras del Pontificado. Castilla se cerró a las influencias del exterior, escrupulosamente fiscalizadas por la Inquisición y los tribunales administrativos; incluso se prohibió a los hispanos estudiar en las Universidades extranjeras, salvo Bolonia. Ése fue el viraje de 1572, la impermeabilización de España. De este modo se extinguió el compromiso intentado por la intelectualidad de las dos generaciones anteriores, en las que la defensa de la pureza de la fe, la inquebrantable ortodoxia, no habían vedado fecundísimas incursiones en el campo del humanismo occidental —pongamos por ejemplo Cisneros, Vives, Vitoria—. La unidad religiosa llenó en aquel entonces los huecos del pluralismo político, patentes en la obra de los Reyes Católicos.” (pp. 110-111)

Dum Dum Pacheco
MEAR SANGRE
Palma de Mallorca, 2021, Autsaider.

 

“A través de estas cosas que me ocurrían llegué a hacerme muy desconfiado y siempre me ha ido muy bien desconfiando de la gente. Sobre todo en prisión, donde el más tonto se hace un reloj de madera. Yo aún sigo desconfiando en la calle. Y tengo mis motivos para hacerlo. Por ejemplo, puedo contar el caso de uno de mis amigos, por el que yo me había partido la cara en prisión. Cuando salimos en libertad él iba con otro muchacho. Un día discutí yo con este último en un baile. La discusión se elevó de tono. Yo veía que me iba a dar. Me adelanté y le di un puñetazo. Entonces mi amigo, que estaba detrás, cogió una botella y me dio un golpe tremendo dejándome casi sin sentido. Por lo visto era amigo del otro más que mío. Después de estas cosas...¿cómo iba yo a confiar? Creo que es muy difícil sentir esto en mi ambiente, aunque a veces pienso que debe ser muy bonito poder fiarse de alguien, pero... ¿dónde está ese alguien? Eso se encuentra, no se busca.” (p. 81)


 

Henry R. Haggard
LAS MINAS DEL REY SALOMÓN (II)
Madrid, 1995, Anaya.

 

“Hizo una pausa y después prosiguió con uno de esos extraños accesos de elocuencia retórica en la que a veces se complacen los zulúes que, a mi entender, a pesar de sus vanas repeticiones, demuestran que esa raza no carece en absoluto de instinto poético y fuerza intelectual.
   -¿Qué es la vida? Decídmelo vosotros, oh hombres blancos, que sois sabios, que conocéis los secretos del mundo, y el mundo de las estrellas y el mundo que está por encima y alrededor de las estrellas; vosotros que transmitís las palabras desde lejos sin voz; decidme, hombres blancos, el secreto de vuestra vida: a dónde va y de dónde viene. No podéis contestar; no lo sabéis. Escuchadme; yo sí puedo contestar. Venimos de la oscuridad; a la oscuridad vamos. Como un pájaro llevado por la tormenta en la noche, volamos salidos de la Nada; nuestras alas se ven durante unos momentos a la luz de la hoguera y hete aquí que regresamos una vez más a la Nada. La vida no es nada. La vida lo es todo. Es la mano con la que nos defendemos de la Muerte. Es la luciérnaga que brilla en la noche y oscurece por la mañana; es el aliento blanco de los bueyes en invierno; es la pequeña sombra que atraviesa la hierba y se pierde al caer el crepúsculo.” (p. 56)

Joyce Carol Oates
RIESGOS DE LOS VIAJES EN EL TIEMPO
Barcelona, 2019, Alfaguara.


“Qué extraño estar escribiendo. Se necesitaba una habilidad llamada coordinación mano-ojo, destreza que prácticamente había desaparecido cuando yo nací, aunque mamá y papá habían insistido en enseñarnos a Roddy y a mí cómo escribir. Y también era extraño leer libros con «páginas» de papel que se pasaban con los dedos y que, si querías, podías arrancar; pero no requerían «electricidad» para su mantenimiento, ni tampoco un medio electrónico.
   Lo más extraño era la biblioteca de la universidad: un enorme edificio de piedra con numerosos pisos, algunos incluso bajo tierra, llenos de sucesivas hileras de «estanterías» que contenían «libros» que se podían tocar y abrir con las manos. Y las salas de lectura, de techos altos, con miles de luces y suelos encerados..., ¡y con alumnos!” (p. 87)
[Las cursivas pertenecen al texto.]

Henry R. Haggard
LAS MINAS DEL REY SALOMÓN (I)
Madrid, 1995, Anaya.



“Y ya sólo me resta disculparme por lo burdo de mi modo de escribir. La única excusa que puedo presentar es que estoy más acostumbrado a manejar un rifle que una pluma, y que no puedo aspirar a los altos vuelos y adornos literarios que observo en las novelas (porque a veces me gusta leer una novela). Supongo que son deseables -esos vuelos y adornos-, y lamento no ser capaz de proporcionarlos, pero al mismo tiempo no puedo evitar pensar que las cosas sencillas son siempre las que más impresionan, y que los libros son más fáciles de entender cuando están escritos en un lenguaje sencillo, aunque quizá no tenga derecho a dar mi opinión sobre este tema. Dice un refrán kukuana que «una lanza afilada no necesita brillo», y basándome en el mismo argumento, me atrevo a esperar que una historia verídica, por muy extraña que sea, no necesita el adorno de las bellas palabras.” (p. 8)

David Graeber y David Wengrow
EL AMANECER DE TODO. UNA NUEVA HISTORIA DE LA HUMANIDAD (V)
Barcelona, 2022, Ariel.

 

“Los teóricos sociales tienden a escribir acerca del pasado como si todo lo que sucedió se hubiese podido predecir de antemano. Esto es bastante deshonesto, dado que todos sabemos que cada vez que intentamos predecir el futuro fracasamos, y esto es tan cierto para los teóricos sociales como para todos los demás. Sin embargo, es difícil resistirse a la tentación de escribir y pensar como si el actual estado del mundo, a inicios del siglo XXI, fuera el resultado inevitable de los últimos 10.000 años de historia, mientras que, en realidad, evidentemente, tenemos poca o ninguna idea de cómo será el mundo en 2075, por no hablar de 2150.
    ¿Quién sabe? Tal vez, si conseguimos prosperar como especie y un día miramos hacia atrás desde este futuro aún imposible de conocer, aspectos del pasado remoto que hoy nos parecen anomalías —burocracias a escala comunitaria; ciudades gobernadas por consejos de barrio; sistemas de gobierno en los que las mujeres ocupan mayoritariamente las posiciones preeminentes; formas de gestión agrarias basadas en el cuidado, y no en la propiedad y la extracción— parecerán los descubrimientos realmente importantes, y las grandes pirámides de piedra y las estatuas, meras curiosidades. (…) Los científicos de 2020 no están (como habrían creído los lectores de ciencia ficción de mediados del siglo XX) hallando civilizaciones alienígenas en sistemas estelares distantes, pero si están encontrando sistemas sociales radicalmente diferentes bajo sus propios pies, algunos olvidados hace tiempo; otros, más familiares, pero ahora comprendidos de modos totalmente nuevos.” (pp. 640-641)

Rafael Chirbes
CREMATORIO
Barcelona, 2017, Anagrama.



“Es de noche. En esta época del año la playa aparece oscura y silenciosa. No despiden ninguna luz las ventanas de los apartamentos que la bordean, y apenas se oye el chapoteo del mar, como si fuera de una sustancia más densa que el agua. Sólo un leve cabrilleo fosforescente permite distinguir la incierta línea de separación entre lo sólido y lo líquido, el lugar en el que las ondas alcanzan la arena. Siguiendo esa línea, en dirección al sur se encienden las líneas de la ciudad, y las que ascienden por las laderas de la montaña, que  trechos forman rosarios, se concentran o dispersan. En esta zona, quedan todavía unos pocos centenares de metros que no han sido urbanizados, y en los que la arena dibuja pequeños cordones dunares, que esta noche parecen manchas blanquecinas sobre un fondo de radiografía. El aire está en calma y sólo se oye la respiración pesada del mar, a la que se sobrepone un frotar nervioso y cercano. Surge la luna llena entre dos nubes, e ilumina la estampa, convirtiendo el paisaje en un negativo de sí mismo: la tierra un borrón oscuro, y la mancha del mar resplandeciente con un fulgor de colada de acero que ocupa la banda ancha del horizonte y se afila al borde de la arena, donde también destellan las motas e hilachas fosforescentes de las olas que se encaraman blandamente unas sobre otras. Al tiempo que aparece la luna, se levanta un soplo de aire. Como si la oscuridad lo hubiera mantenido encerrado y la luz lo liberara. Se oyen más nítidos los cercanos crujidos entre las cañas que crecen del lado de acá de las dunas. Si el observador levanta la mirada en dirección a ese ruido, descubre la silueta de un perro, y el relámpago de sus ojos como un chispazo que se apaga enseguida, en cuanto el paso de una nueva nube cubre la luna. Mar adentro vuelve a formarse la mancha espesa, como de brea, que ocupa todo el horizonte, mientras que el perfil de la costa está marcado por el reflejo anaranjado de las luces. Se ha detenido otra vez el viento, y a través de esa calma, desde el lugar en el que escarba el perro, se abre paso un olor dulzón, de vieja carroña, que impregna el aire.” (pp. 414-415)


martes, 18 de marzo de 2025

David Graeber y David Wengrow
EL AMANECER DE TODO. UNA NUEVA HISTORIA DE LA HUMANIDAD (IV)
Barcelona, 2022, Ariel.




“Lo que convierte a un esclavo en algo diferente de un siervo, un peón, un cautivo o un prisionero es su falta de vínculos sociales. En términos legales, al menos, un esclavo no tiene familia, parientes ni comunidad; no puede hacer promesas ni fijar conexiones duraderas con otros seres humanos. Esta es la razón por la que, en ingles, la palabra free (libre) deriva de una raíz común con friend (amigo). Los esclavos no pueden tener amigos porque no pueden comprometerse con otros, al estar totalmente bajo el poder de una persona y obligados tan solo a hacer exactamente lo que su amo les exige. Si un legionario romano era capturado en batalla y esclavizado, y más tarde conseguía escapar y regresar a su hogar, debía pasar un complicado proceso de restauración de todas sus relaciones sociales, incluido el volver a casarse con su mujer, dado que se consideraba que el acto de ser esclavizado cortaba todas las relaciones previas. El sociólogo jamaicano Orlando Patterson se ha referido a esta condición como «muerte social».” (p. 235)

Francisco Cervantes de Salazar(1513?-1575)
CRÓNICA DE LA NUEVA ESPAÑA
https://www.cervantesvirtual.com

  

“«Dice Magiscacín que el hospedar a los forasteros es precepto de los dioses y que en buena razón se usa. Esto es cuando los huéspedes no vienen a hacer daño: pero sí cuando, para conoscer nuestras fuerzas, vienen a hacerse amigos, el daño es mayor, porque con dificultad resistimos al enemigo casero. Dice también que estos españoles, que él sin razón llama dioses, son los que han, de señorear esta tierra, conforme a los pronósticos que dello hay. A esto respondo dos cosas: la una, que los más de los pronósticos han sido falsos; la otra, que no sé yo si son éstos o otros los pronosticados; a lo menos, parésceme que no haremos el deber si no viéremos, para qué son, porque si los halláremos mortales como nosotros somos, no nos habrán engañado; y si fueren inmortales y más poderosos que nosotros, fácil será el reconciliarnos con ellos, porque no me parescen a mí dioses, sino monstruos salidos de la espuma de la mar, hombres más necesitados que nosotros, pues vienen caballeros sobre ciervos grandes, como he sabido; no hay quien los harte; dondequiera que entran, hacen más estrago que cincuenta mill de nosotros; piérdense por el oro, plata, piedras y perlas; paréscenles bien las mantas pintadas; son holgazanes y amigos de dormir sobre ropa, viciosos y dados al deleite, a cuya haraganía el trabajo, la labor y coa, debe ser odioso; y así, creo que, no pudiéndolos sufrir el mar, los ha echado de sí; y si esto pasa, como digo, ¿qué mayor mal podría venir a nuestra patria que rescebir en ella por amigos a tales monstruos, para que quedemos obligados a sustentarlos a tanta costa de nuestras haciendas, que aun para hartar de maíz aquellos mochos venados que traen, no bastarán nuestros campos?; pues para ellos, ¿qué gallinas, qué conejos, qué liebres bastarán? Donosa cosa sería que estando nosotros habituados a tanta esterilidad, pues aun sal no tenemos, ni mantas de algodón con que nos cubramos, contentos con el maíz e hierba de la tierra, viniésemos a ponernos en mayores trabajos, haciéndonos esclavos para sustentar los advenedizos. No es, pues, razón que los que derramamos nuestra sangre por defender nuestra patria y vivir sin servidumbre, metamos en ella por nuestra voluntad quien nos haga tribuctarios.” (Libro tercero, capítulo XXIX, De la brava plática que Xicotencatl hizo contradiciendo a Magiscacín.)
[La coa es un palo de labranza.]

miércoles, 5 de marzo de 2025


 

J. A. Hobson
ESTUDIO DEL IMPERIALISMO
Madrid, 1981, Alianza Editorial.

 

“Sin embargo, hay quien alaba al imperialismo porque dice que, al romper las mezquinas fronteras de las nacionalidades, posibilita y fomenta el internacionalismo. Y para otros incluso resulta una política que debe apoyarse, sin que importe mucho que el imperialismo destruya las nacionalidades pequeñas en beneficio de las mayores, porque creen que de esa forma podrá llegarse de modo natural a una federación mundial y a una situación de paz permanente. Sería difícil formarse una idea más falsa de la evolución política del mundo. Efectivamente, si hay alguna condición para llegar a un verdadero internacionalismo o para establecer relaciones estables entre los Estados es, precisamente, que existan naciones fuertes, no amenazadas, bien desarrolladas y responsables. La destrucción o la anexión forzada de las naciones nunca será beneficiosa para la causa del internacionalismo porque ese tipo de acciones tienen efectos desastrosos en los mecanismos del internacionalismo. Por una parte, hace que las naciones se preparen para la guerra e imposibilitan las actitudes amistosas entre ellas; por la otra, debilita a las naciones mayores por exceso de corpulencia y por indigestión. Si algo es bueno para que un día llegue el internacionalismo es, antes que nada, la conservación y el crecimiento natural de las nacionalidades independientes, ya que sin ellas no habrá una evolución gradual hacia el internacionalismo, sino sólo una serie de intentos fracasados de llegar a un cosmopolitismo caótico e inestable. De igual manera que el individualismo es esencial para que exista un socialismo nacional sano, el nacionalismo es, igualmente, fundamental para que exista el internacionalismo. La política mundial no podrá entenderse de manera orgánica a partir de otros supuestos.” (pp. 326-327)


David Graeber y David Wengrow
EL AMANECER DE TODO. UNA NUEVA HISTORIA DE LA HUMANIDAD (III)
Barcelona, 2022, Ariel.

 

“Los esclavos de la Costa Noroeste [de Norteamérica] cortaban leña y acarreaban agua, pero estaban sobre todo implicados en el cultivo masivo, la limpieza y el procesado del salmón y otros pescados anádromos. No hay consenso, empero, en torno a cuánto tiempo atrás se remontaba esta práctica indígena de la esclavitud. Los primeros informes europeos de la región, de finales del siglo XVIII, hablaban de esclavos y expresaban cierta sorpresa ante ello, dado que la esclavitud en propiedad a gran escala era bastante inusual en otras partes de la Norteamérica aborigen. Estas narraciones sugieren que tal vez una cuarta parte de la población indígena de la Costa Noroeste vivía en servidumbre, una proporción equivalente a la que se encontró en el Imperio romano, en la Atenas clásica o en las plantaciones de algodón del Sur confederado. Es más, la esclavitud, en la Costa Noroeste, era un estatus hereditario: si eras esclavo, el destino de tus hijos era serlo también.
   Dado lo limitado de nuestras fuentes, siempre es posible que estas narraciones de europeos estuvieran describiendo lo que era, en aquel momento, una innovación. Sin embargo, la actual investigación arqueológica y etnohistorica sugiere que la institución de la esclavitud se remontaba a mucho tiempo atrás en la Costa Noroeste, a muchos siglos antes de que naves europeas comenzaran a atracar en el estrecho de Nutca para comerciar con pieles de nutria y mantas.” (pp. 232-233)


ANECDOTARIO JUDÍO
(FOLKLORE, HUMORISMO Y CHISTES)
(II)
Selección y prólogo de Lázaro Liacho
Valladolid, 2020, Maxtor.
(Edición facsímil de la de M. Gleizer, 1945, Buenos Aires.)

 

“Un obispo y un rabino se encuentran sentados, durante una comida, a ambos lados de la dueña de la casa. Sirven jamón con espinacas. El rabino se niega a servirse. Y el obispo, maliciosamente, le dice:
-¿No come usted de esto, señor rabino?
-No, monseñor; mi religión me lo prohíbe.
-Lo siento por usted, señor rabino. ¡No sabe lo que se pierde!
   Una vez terminada la comida, el rabino se marcha el primero. Al tiempo de despedirse del obispo, le dice:
-Monseñor, sírvase presentar mis respetos a su señora.
-Pero, señor rabino, ¡si yo no estoy casado! Mi religión me lo prohíbe.
-¡Qué lástima, monseñor! ¡No sabe lo que se pierde!” (pp. 56-57)


“Levy llega al café muy excitado.
-¿Qué tienes, Levy? Parece que estás nervioso.
-¿Cómo quieres que no esté nervioso con una mujer como la mía?
-¡Pero, hombre, si tu Rosalía es tan amable!
-No digo lo contrario. Pero siempre me está pidiendo dinero.
-¿Para qué?
-Eso digo yo, porque lo que es dárselo no se lo doy nunca.” (pp. 66-67)

David Graeber y David Wengrow
EL AMANECER DE TODO. UNA NUEVA HISTORIA DE LA HUMANIDAD (II)
Barcelona, 2022, Ariel.



“Lo único que podemos inferir razonablemente acerca de la organización social entre nuestros primeros ancestros es que probablemente fue muy diversa. Los primeros humanos habitaban una amplia gama de entornos naturales, de las costas y bosques tropicales a las montanas y la sabana. Eran muchísimo mas diversos, físicamente, que lo que son los humanos de la actualidad, y es de suponer que sus diferencias sociales eran incluso más grandes que las físicas. En otras palabras, no hay una forma original de sociedad humana. Buscar una puede ser solamente cuestión de creación de mitos, ya sea que los mitos resultantes tomen forma de fantasías de «simio asesino», típicas de la década de los sesenta, y plantadas en la conciencia colectiva por películas como 2001: Una odisea del espacio, de Stanley Kubrick; o las del «simio acuático» o incluso el divertidisimo pero fantasioso «simio drogado» (la teoría de que la conciencia surge por la ingestión accidental de hongos psicodelicos). Este tipo de mitos entretienen a los espectadores de videos de You-Tube hoy en dia.” (p. 106)

ANECDOTARIO JUDÍO
(FOLKLORE, HUMORISMO Y CHISTES
)
(I)
Selección y prólogo de Lázaro Liacho
Valladolid, 2020, Maxtor.
(Edición facsímil de la de M. Gleizer, 1945, Buenos Aires.)



“Se vivían años prósperos y el mundo se reía de Hitler, olvidando, semitas y antisemitas, que basta un tonto para deshonrar a una nación.” (p. 9; la cita pertenece a Lázaro Liacho.)

“Cuando la cultura es desplazada, desaparece todo vestigio de humor, y el chiste, que es el arma para atacar a las personas que se combaten sin que se corra el riesgo de perder la propia seguridad personal, desaparece aún en las reuniones entre amigos.” (p. 20, la cita pertenece a Lázaro Liacho.)

“Cuando se cuenta a un campesino un cuento judío, se ríe tres veces: la primera, al contárselo; la segunda, al explicárselo; la tercera, al comprenderlo.
   Un burgués se ríe dos veces: una, cuando se le cuenta; la otra, cuando se le explica. Pero de todas maneras no lo comprende.
   Un oficial no se ríe más que una vez: cuando se le cuenta, pues no os deja que se lo expliquéis, y se queda sin comprenderlo.
   Pero un judío suele deciros:
   -¡Ya hace tiempo que lo conozco!
   Y os lo cuenta de una manera mucho más divertida.” (p. 23)

David Graeber y David Wengrow
EL AMANECER DE TODO. UNA NUEVA HISTORIA DE LA HUMANIDAD (I)
Barcelona, 2022, Ariel.

 

“En los años comprendidos entre 1703 y 1751, la crítica indígena a la sociedad europea tuvo un enorme impacto en el pensamiento europeo. Las que comenzaron como extendidas expresiones de disgusto e indignación por parte de los americanos, expuestos por primera vez a las costumbres europeas, acabo evolucionando, a lo largo de mil discusiones llevadas a cabo en docenas de idiomas, del portugués al ruso, en un debate acerca de la naturaleza de la autoridad, la decencia, la responsabilidad social y, por encima de todo, la libertad. Cuando a los observadores franceses les quedo claro que la mayoría de los indígenas americanos veían la autonomía individual y la libertad de acción como valores máximos —organizando sus vidas de tal modo que minimizaban las posibilidades de que un ser humano fuese subordinado a la voluntad de otro, y viendo, en consecuencia, la sociedad francesa como, esencialmente, una de esclavos díscolos—reaccionaron de varias maneras diferentes.
   Algunos, como los jesuitas, condenaron de entrada el principio mismo de libertad. Otros—colonos, intelectuales y miembros del público lector en Europa— lo acabaron considerando una proposición social provocadora y atractiva (sus conclusiones al respecto, por cierto, no guardaban relación alguna en cuanto a sus sentimientos hacia las poblaciones indígenas, cuyo exterminio veían a menudo con buenos ojos, aunque, para ser justos, había individuos a ambos lados de la división intelectual firmemente opuestos a las agresiones contra pueblos extranjeros). En realidad, la critica indígena a las instituciones europeas se percibía como algo tan poderoso que todos aquellos que objetaban las disposiciones sociales y económicas existentes solían emplearla como su arma favorita: un juego, como hemos visto, al que se prestaron la mayoría de los grandes filósofos de la Ilustración.
   A lo largo de ese proceso —y ya hemos visto como sucedía esto con Lahontan y Kondiaronk—, un debate acerca de la libertad se fue convirtiendo, cada vez más, en un debate acerca de la igualdad. Por encima de todo, no obstante, todas estas menciones a la sabiduría de los «salvajes» eran aún modos de desafiar la arrogancia de la autoridad recibida: la certeza medieval que mantenía que los juicios de la Iglesia y el establishment  que se apoyaba en ellos, tras haber aceptado la versión correcta del cristianismo, eran necesariamente superiores a los de cualquier otro en el planeta.” (pp. 82-83)

[Lahontan (1666- antes de1716), en realidad, Louis Armand de Lom d'Arce, fue un militar y etnógrafo francés. Su obra se halla referida, principalmente, a las etnias indígenas iroquesas. Kondiaronk, por su parte, fue un jefe indio iroqués, célebre por su inteligencia política y sus sensatas opiniones acerca de la organización social de los pueblos.]


Lewis Dartnell
ORÍGENES. CÓMO LA HISTORIA DE LA TIERRA DETERMINA LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD (IV)
Barcelona, 2020, Debate.

 

“Es curioso que los seres humanos sean una de las pocas especies animales que padecen escorbuto (otra es la cobaya). Resulta que en algún punto de nuestra divergencia evolutiva respecto de otras especies de primates experimentamos una mutación en una única letra del código genético que eliminó el enzima clave para producir ácido ascórbico en nuestras células hepáticas.” (p. 263; nota a pie de página.)

“Antes de ser transportados a través del Atlántico, los esclavos africanos eran retenidos en fuertes costeros conocidos como «factorías», emplazados a menudo en la desembocadura de ríos al ser esa la manera más fácil de transportar cautivos desde las tierras del interior. A la gran mayoría de los esclavos se les capturaba en el África occidental central (la región entre el ecuador y unos 15º de latitud sur) y a lo largo de la Costa de Oro y las bahías de Benín y de Biafra, en el golfo de Guinea. También esto se debía en gran medida a la mecánica de las pautas de circulación atmosférica y a las corrientes oceánicas. Desde allí, gracias a los vientos alisios del sudeste, era más fácil cruzar el Atlántico y luego, impulsados por la corriente de Brasil, navegar hacia el sur siguiendo la costa y alcanzar las plantaciones de café brasileñas; o bien aprovechar los vientos del nordeste y la corriente ecuatorial norte para llegar a las plantaciones de azúcar de las islas del Caribe, las plantaciones de algodón de Alabama y Carolina y las plantaciones de tabaco de Virginia.” (p. 276)

viernes, 21 de febrero de 2025

 


Émile Zola
THÉRÈSE RAQUIN (II)
La Bibliothèque électronique du Québec
https://beq.ebooksgratuits.com/




“La Morgue est un spectacle à la portée de toutes les bourses, que se paient gratuitement les passants pauvres ou riches. La porte est ouverte, entre qui veut. Il y a des amateurs qui font un détour pour ne pas manquer une de ces représentations de la mort. Lorsque les dalles sont nues, les gens sortent désappointés, volés, murmurant entre leurs dents. Lorsque les dalles sont bien garnies, lorsqu’il y a un bel étalage de chair humaine, les visiteurs se pressent, se donnent des émotions à bon marché, s’épouvantent, plaisantent, applaudissent ou sifflent, comme au théâtre, et se retirent satisfaits, en déclarant que la Morgue est réussie, ce jour-là.
   Laurent connut vite le public de l’endroit, public mêlé et disparate qui s’apitoyait et ricanait en commun. Des ouvriers entraient, en allant à leur ouvrage, avec un pain et des outils sous le bras ; ils trouvaient la mort drôle. Parmi eux se rencontraient des loustics d’atelier qui faisaient sourire la galerie en disant un mot plaisant sur la grimace de chaque cadavre ; ils appelaient les incendiés des charbonniers ; les pendus, les assassinés, les noyés, les cadavres troués ou broyés excitaient leur verve goguenarde, et leur voix, qui tremblait un peu, balbutiait des phrases comiques dans le silence frissonnant de la salle.  (…)
   Par moments, arrivaient des bandes de gamins, des enfants de douze à quinze ans, qui couraient le long du vitrage, ne s’arrêtant que devant les cadavres de femmes. Ils appuyaient leurs mains aux vitres et promenaient des regards effrontés sur les poitrines nues. Ils se poussaient du coude, ils faisaient des remarques brutales, ils apprenaient le vice à l’école de la mort. C’est à la Morgue que les jeunes voyous ont leur première maîtresse.” (pp. 158-160)


“La Morgue es un espectáculo al alcance de todos los bolsillos que se regalan los transeúntes pobres y ricos. La puerta está abierta; entra quien quiere. Existen aficionados que dan un rodeo para no perderse ninguna de esas representaciones de la muerte. Cuando las mesas están vacías, la gente se va, decepcionada, estafada, murmurando entre dientes. Cuando hay un buen escaparate de carne humana, los visitantes se apiñan, gozan de emociones baratas, se espantan, bromean, aplauden o silban, como en el teatro, y se marchan contentos, diciendo que, ese día, la Morgue ha sido todo un éxito.
   Laurent conoció enseguida al público de aquel lugar, un público diverso y variopinto que se compadecía y se burlaba en comandita. Entraban obreros de camino al trabajo, llevando bajo el brazo un pan y las herramientas de su oficio; la muerte les hacía gracia. Entre ellos había chistosos de taller que hacían sonreír a la galería con sus ocurrencias acerca de la mueca de cada cadáver: llamaban carboneros a quienes habían muerto en un incendio; los ahorcados, los asesinados, los ahogados, los cadáveres agujereados o triturados estimulaban su verbo socarrón, y sus voces, un tanto temblonas, balbuceaban frases cómicas en el estremecedor silencio de la sala.
(…)
   A veces entraban pandas de chiquillos, críos entre doce y quince años, que corrían a lo largo de la cristalera y que sólo se detenían ante los cadáveres de mujeres. Apoyaban las manos en el cristal y paseaban miradas descaradas sobre sus pechos desnudos. Se daban codazos, hacían comentarios brutales, aprendían el vicio en la escuela de la muerte. Los jóvenes
gamberros tenían su primera amante en la Morgue.”
[La traducción es mía.]


miércoles, 19 de febrero de 2025

Lewis Dartnell
ORÍGENES. CÓMO LA HISTORIA DE LA TIERRA DETERMINA LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD (III)
Barcelona, 2020, Debate.

 

“China tiene dos razones estratégicas principales para desear ejercer el control sobre la meseta tibetana. La primera es militar: garantizar que India no intente obtener una posición dominante, situándose literalmente por encima de la zona central de China, y con ello evitar la posibilidad de que use la región como un terreno de pruebas para una invasión de las llanuras situadas abajo. Aun cuando India no ocupara la meseta, a China le preocupa que, si concediera autonomía política al Tíbet, a aquella se le pudiera permitir establecer bases militares allí. Pero no cabe duda de que es más importante todavía un recurso simple, pero absolutamente vital, que la meseta tibetana proporciona: agua.
   El Tíbet es la meseta más alta y más extensa del mundo, y sus decenas de miles de glaciares contienen la mayor reserva de hielo glacial y de permafrost fuera del Ártico y de la Antártida. A menudo a este altiplano se lo considera el Tercer Polo del planeta. El agua de deshielo de estos glaciares y de la nieve derretida forma la cabecera de diez de los mayores ríos que se extienden desde allí a toda la zona sudoriental de Asia, entre ellos el río Amarillo, el Yangtsé, el Mekong, el Indo, el Brahmaputra y el Salween. Todos estos grandes ríos transportan enormes cantidades de sedimentos erosionados de las montañas para fertilizar sus llanuras de inundación y los arrozales allí establecidos.[89]
   Así, la meseta tibetana sirve como la torre de agua de toda la región continental, al almacenar y distribuir el precioso recurso a lo largo de estos ríos para proporcionar agua potable, irrigación y energía hidroeléctrica a más de 2.000 millones de personas. Es este depósito de vastas cantidades de agua dulce, así como los ricos yacimientos de cobre y hierro de la meseta, lo que China busca controlar para su población y economía crecientes.” (pp. 103-104)


Émile Zola
THÉRÈSE RAQUIN
La Bibliothèque électronique du Québec
https://beq.ebooksgratuits.com/


“Le vieux Michaud étalait une face blafarde, tachée de plaques rouges, une de ces faces mortes de vieillard tombé en enfance ; Grivet avait le masque étroit, les yeux ronds, les lèvres minces d’un crétin; Olivier, dont les os perçaient les joues, portait gravement sur un corps ridicule, une tête roide et insignifiante; quant à Suzanne, la femme d’Olivier, elle était toute pâle, les yeux vagues, les lèvres blanches, le visage mou. Et Thérèse ne trouvait pas un homme, pas un être vivant parmi ces créatures grotesques et sinistres avec lesquels elle était enfermée; parfois des hallucinations la prenaient, elle se croyait enfouie au fond d’un caveau, en compagnie de cadavres mécaniques, remuant la tête, agitant les jambes et les bras, lorsqu’on tirait des ficelles. L’air épais de la salle à manger l’étouffait; le silence frissonnant, les lueurs jaunâtres de la lampe la pénétraient d’un vague effroi, d’une angoisse inexprimable.” (pp. 50-51)

“El viejo Michaud exhibía una cara demacrada, manchada de placas rojas, una de esas caras muertas de anciano infantilizado; Grivet tenía la fisonomía estrecha, ojos redondos, los labios delgados de cretino; Olivier, con unos huesos que le atravesaban las mejillas, llevaba con seriedad sobre un cuerpo ridículo, una cabeza tiesa e insignificante; en cuanto a Suzanne, la mujer de Olivier, era completamente pálida, de mirada perdida y rostro blando. Y Thérèse no encontraba ningún hombre, ningún ser vivo entre aquellas criaturas grotescas y siniestras con las que estaba encerrada; a veces la asaltaban alucinaciones, se creía enterrada en el fondo de una cripta en compañía de cadáveres mecánicos que meneaban la cabeza y movían las piernas y los brazos cuando tiraban de los hilos. El ambiente cargado del comedor la asfixiaba; el estremecedor silencio y los resplandores amarillentos de la lámpara la sumían en un espanto indefinido, de una angustia indescriptible.”
[La traducción es mía.]


Lewis Dartnell
ORÍGENES. CÓMO LA HISTORIA DE LA TIERRA DETERMINA LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD (II)
Barcelona, 2020, Debate.

 

“No tenemos cuatro estómagos, como los de la vaca, que nos permitan descomponer materia vegetal dura para liberar sus nutrientes. Por lo tanto, escogimos especies de plantas que producen un germen de energía en sus granos (que, desde el punto de vista botánico, son frutos) y aplicamos al problema nuestro cerebro en lugar de nuestro estómago. La rueda de molino que usamos para moler el grano y convertirlo en harina (y los mecanismo que inventamos a lo largo de la historia para impulsar su rotación, como la noria o el molino de viento) es una extensión tecnológica de nuestros dientes molares. Y el horno que empleamos para cocinar esta harina y hacer pan, o la cacerola que empleamos para hervir arroz o verduras, son algo así como sistemas predigestivos externos. Hemos aplicado el poder químicamente transformador del calor y el fuego para descomponer los complejos compuestos vegetales y poder así absorber sus nutrientes.” (pp. 80-81)

Tim O'Brien
LAS COSAS QUE LLEVABAN LOS HOMBRES QUE LUCHARON (III)
Barcelona, 2022, Anagrama.



“Psicología: eso era algo que yo conocía. No tratas de asustar a la gente a plena luz. Esperas. Porque la oscuridad te aprieta dentro de ti mismo, quedas apartado del mundo externo, la imaginación toma el mando. Eso es psicología básica. Había hecho bastantes guardias nocturnas como para saber que el factor del miedo se multiplica cuando estás sentado allí hora tras hora, sin nadie con quien hablar, sin nada que hacer salvo mirar el gran agujero negro en el centro de tu propia alma preocupada. Las horas pasan y pierdes el giroscopio; tu mente empieza a vagar. Piensas en armarios oscuros, en dementes, en asesinos bajo la cama, en todos los miedos infantiles. Brujas y duendes y gigantes. Tratas de bloquearlo, pero no puedes. Ves fantasmas. Parpadeas y sacudes la cabeza. ¡Chorradas!, te dices. Pero después recuerdas a los hombres que murieron: Curt Lemon, Kiowa, Ted Lavender, media docena más cuyas caras ya no puedes ver con nitidez. Y pronto empiezas a meditar en las historias que oíste sobre la magia de Charlie. Aquella vez en que unos tipos acorralaron a dos vietcong en un túnel sin salida, ciego, pero cuando el túnel fue abierto y revisado no se encontró nada salvo un montón de ratas muertas. Cien historias. Fantasmas que limpiaban un pelotón entero de marines en veinte segundos, ni uno más. Fantasmas que se alzaban de entre los muertos. Fantasmas detrás de ti y frente a ti y dentro de ti. Después de un tiempo, cuando la noche avanza, sientes un zumbido extraño en los oídos. Los sonidos pequeños aumentan y se distorsionan. Los grillos hablan en código; la noche adquiere un curioso timbre electrónico. Retienes el aliento. Te enroscas y tensas los músculos y escuchas, con los nudillos endurecidos, el pulso latiéndote en la cabeza. Oyes que los espectros se ríen. No es broma: se ríen. Te yergues de golpe, quedas congelado, miras la oscuridad con los ojos entrecerrados. No es nada, sin embargo. Pones el arma en tiro automático. Te agachas más y cuentas las granadas y te aseguras de que el seguro esté a punto para lanzamiento rápido y aspiras el aire profundamente y escuchas y tratas de no perder la calma. Y después, cuando pasa el tiempo suficiente, las cosas empiezan a ir mal.” (pp. 223-224)

Lewis Dartnell
ORÍGENES. CÓMO LA HISTORIA DE LA TIERRA DETERMINA LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD (I)
Barcelona, 2020, Debate.



“El resultado más sorprendente que se obtiene de estos estudios genéticos globales es que la especie humana es sumamente uniforme. A pesar de las diferencias regionales superficiales en el color del pelo y de la piel, o en la forma del cráneo, la diversidad genética entre los 7.500 millones de humanos que viven hoy en día en el mundo es asombrosamente baja. En realidad, hay más diversidad genética entre dos grupos de chimpancés que viven en orillas opuestas de un río de África central que entre humanos que viven en rincones opuestos del mundo.” (p. 57)

domingo, 16 de febrero de 2025

Tim O'Brien
LAS COSAS QUE LLEVABAN LOS HOMBRES QUE LUCHARON (II)
Barcelona, 2022, Anagrama.

 

“Una auténtica historia de guerra nunca es moral. No instruye, ni alienta la virtud, ni sugiere modelos de comportamiento humano correcto, ni impide que los hombres hagan las cosas que los hombres siempre han hecho. Si una historia parece moral, no la creáis. Si al final de una historia de guerra os sentís edificados, o si sentís que una partícula de rectitud se ha salvado de la devastación a gran escala, entonces habéis sido víctimas de una mentira muy antigua y terrible. No hay la más mínima rectitud. No hay virtud. En consecuencia, la primera regla básica es que puedes distinguir una auténtica historia de guerra por su lealtad absoluta y sin concesiones a lo repugnante y lo soez.” (pp. 83-84)

 


Tim O'Brien
LAS COSAS QUE LLEVABAN LOS HOMBRES QUE LUCHARON (I)
Barcelona, 2022, Anagrama.



“Llevaban todo el bagaje de emociones de los hombres que podían morir. Pena, terror, amor, añoranza: eran cosas intangibles, pero aun siendo intangibles tenían una masa y una gravedad específica propias, tenían un peso tangible. Llevaban recuerdos vergonzosos. Llevaban el secreto compartido de la cobardía apenas contenida, el instinto de correr o quedarse paralizados o esconderse, y en muchos sentidos ésa era la carga más pesada de todas, porque nunca podían desprenderse de ella y exigía un equilibrio y una postura perfectos. Llevaban sus reputaciones. Llevaban el temor más grande del soldado, que es el temor a ruborizarse. Los hombres mataban y morían porque les daba vergüenza no hacerlo. Era lo que los había llevado a la guerra en primer lugar, nada positivo, ningún sueño de gloria u honor, sino sólo evitar el rubor del deshonor. Morían para no morirse de vergüenza. Se arrastraban dentro de túneles y avanzaban en cuña y soportaban el fuego enemigo. Cada mañana, a pesar de lo desconocido que podía esperarlos, obligaban a sus piernas a moverse. Aguantaban. Seguían cargando. No se sometían a la alternativa obvia, que era, sencillamente, cerrar los ojos y derrumbarse. Algo muy fácil. Aflojar los músculos y tropezar y caerte al suelo y quedarte despatarrado y no hablar y no moverte hasta que los compañeros te alzaban y te metían en el helicóptero que rugía y hundía la nariz y te devolvía al mundo. Todo se reducía a dejarse caer y, sin embargo, nadie se dejaba caer nunca. No era coraje, exactamente; la razón última no era el valor. Más bien estaban demasiado asustados para ser cobardes.” (p. 34)

miércoles, 12 de febrero de 2025

VIAJE DE EGERIA
El primer relato de una viajera hispana (II)
Madrid, 2024, LA LÍNEA DEL HORIZONTE.


“La supuesta Casa de la Virgen fue «milagrosamente» hallada en Éfeso (cerca de la actual Selçuk, Turquía), en un lugar indicado por la monja alemana Catherine Emmerich; ella habría conocido el punto exacto a través de unas «revelaciones divinas», hechas públicas en 1878. En la actualidad, es un próspero atractivo religioso-turístico. Lo cierto es que la Virgen María tuvo el primer templo a ella dedicado en Éfeso (se conservan las ruinas, del siglo IV). Y otra curiosa (y sospechosa) coincidencia: fue precisamente en esa ciudad, feudo de la diosa-madre oriental Artemisa, donde María recibió oficialmente el título de Madre de Dios, en el tercer concilio ecuménico, celebrado en el año 431.” (p. 121; nota 14.)

Antonio Gil de Zárate
DE LA INSTRUCCION PUBLICA EN ESPAÑA (IV)
Madrid, 1885, IMPRENTA DEL COLEGIO DE SORDO-MUDOS, CALLE DEL TURCO.
Oviedo, 1995, Pentalfa (edición facsímil íntegra).



“Entre los varios objetos que con él me he propuesto [Gil se refiere a este ensayo], ha sido el primero inculcar la necesidad de que se conceda á la Instrucción pública en España una protección mayor y más ilustrada que la que se le ha dispensado hasta ahora; persuadido, como estoy, de que casi todos nuestros males provienen del atraso en que nos encontramos respecto de las demás naciones europeas en punto tan vital para la civilización. Otro quizá, llevado de ciego patriotismo, hubiera ocultado tan lastimoso atraso, imaginando que el honor nacional se interesaba en pintar con más risueños colores el estado intelectual de este pais sin ventura. Mas cada cual entiende el patriotismo á su modo; y en cuanto á mí, creo que no se cura al enfermo ponderando una salud que no tiene, sino reconociendo sus verdaderas dolencias, para aplicarles el oportuno remedio.” (pp. 377-378, tomo III.)

 

VIAJE DE EGERIA
El primer relato de una viajera hispana (I)
Madrid, 2024, LA LÍNEA DEL HORIZONTE.


 

“De manera que teníamos que salir a la cabecera de aquel valle, ya que en ella se encontraban numerosas ermitas de santos varones, y se alzaba una iglesia sobre el lugar mismo de la zarza ardiente; este zarzal sigue floreciendo hoy en día y sigue echando brotes.
   Una vez que hubimos bajado de la sacra cima, nos acercamos hasta la zarza a eso de la hora décima. Esta es la zarza a la que antes me referí, desde la cual habló a Moisés el Señor envuelto en fuego, y que se encuentra en una explanada poblada por múltiples ermitas, y una iglesia en la cabecera de aquel valle. Delante de la iglesia se extiende un ameno jardín con agua abundante y excelente, hallándose la zarza dentro de dicho jardincillo. También se puede admirar, justo al lado, el lugar en que se encontraba el santo Moisés cundo el Señor le dijo: «Desata las correas de tu calzado», etc.
(…)
Nos mostraron asimismo el punto exacto donde se fabricó el becerro de oro, señalado hoy en día por un ingente monolito hincado en el suelo. (…) Nos enseñaron asimismo una peña de notables proporciones en el lugar exacto al que descendía el santo Moisés con Jesús, hijo de Navé, roca contra la cual estrelló las tablas que traía, arrebatado por la ira.” (pp. 61-64)

[Egeria fue una noble de la Gallaecia hispanorromana nacida en el siglo IV de nuestra era.]

miércoles, 5 de febrero de 2025

Antonio Gil de Zárate
DE LA INSTRUCCION PUBLICA EN ESPAÑA (III)
Madrid, 1885, IMPRENTA DEL COLEGIO DE SORDO-MUDOS, CALLE DEL TURCO.
Oviedo, 1995, Pentalfa (edición facsímil íntegra).




“Y no es ésta una cuestión puramente académica o de enseñanza: tiene un objeto más alto y trascendental. La separación de los dos derechos tiende á mantener la misma separación en el conocimiento de las cosas eclesiásticas y de las cosas civiles; y este divorcio conduce á la supremacía de las primeras sobre las segundas; porque la ignorancia de aquéllas en los letrados ha favorecido las invasiones del clero y el predominio de las ideas ultramontanas. Bien lo conocieron los Pontífices: si pusieron en poner el mayor cuidado en promover y enseñar el estudio del derecho canónico, no hicieron lo mismo respecto del derecho civil; y á tal punto llevaron su desvío hácia este último, que Honorio III, por su célebre decretal Super specula, lo prohibió terminantemente en la universidad de Paris, norma de todas, y adonde acudían discípulos de los más remotos países de la Cristiandad. Igual prohibición impuso el Cardenal Jiménez de Cisneros, al crear la universidad de Alcalá, en los estatutos que le diera; y lo mismo sucedió en otras muchas de España, donde, si era siempre de rigor la enseñanza de la teología y los cánones, que en ninguna faltaba, hallábase desterrada la de las leyes civiles, y más aún la de las leyes patrias.” (p. 152; tomo III.)

Carl Richmond
EINSTEIN
Barcelona, 1962, Ediciones G. P.



“(...) Alberto Einstein se me aparece como un sabio de cuerpo entero, y éste es quizá el mejor elogio, y tal vez el más original que pueda dedicársele, precisamente por no tener nada de académico.
   En fin, querido lector, habría anécdota para rato. Los sabios auténticos son así, e incluso saben jugar con las matemáticas para ofrecer al primer curioso que pasa deseando averiguar el secreto del éxito una fórmula maravillosa.
   -¿Desea usted una regla sencilla para obtener el éxito? Pues apunte la fórmula. Si A es el éxito, la fórmula podría expresarse así -le dijo Einstein a su encogido interlocutor:
   «A=X+Z+Y, en la que X representa el trabajo, Y el juego... y Z mantener cerrado el pico.»
   Y ante el asombro de su cada vez más apabullado interlocutor, Einstein cerró el pico y a otra cosa.” (pp. 78-79)

martes, 4 de febrero de 2025

Antonio Gil de Zárate
DE LA INSTRUCCION PUBLICA EN ESPAÑA (II)
Madrid, 1885, IMPRENTA DEL COLEGIO DE SORDO-MUDOS, CALLE DEL TURCO.
Oviedo, 1995, Pentalfa (edición facsímil íntegra).



“Comprendo que en las escuelas públicas y generales, no se tenga el excesivo rigor que se usa en algunas especiales por sus particulares circunstancias; mas todo tiene su límite y siempre hay derecho para exijir en aquéllas cuanto puede garantizar el aprovechamiento, al ménos hasta cierto punto. El único temor verdadero que tiene un escolar, es el del exámen: si falta ese temor, falta el estudio; y solo conservándolo, solo haciéndole ver á todas horas pendiente la reprobación sobre su cabeza, es como se consigue que haga esfuerzos para evitar su vergüenza, la pérdida del tiempo, y el enojo de sus padres. Con una prudente severidad, son tambien pocos al fin los reprobados; porque éste es el efecto de la general aplicación que aquélla promueve; y al propio tiempo se tiene el placer de ser justo, de que las buenas censuras sean merecidas, y de producir un bien, evitando que la enseñanza degenere en farsa ridícula y criminal.” (pp. 338-339; tomo II.)


 


ENSEÑAR HISTORIA CON UNA GUERRA CIVIL POR MEDIO
Introducción de Josep Fontana
Barcelona, 1999, Crítica.



“Progresos de la colonización de América
   Mientras en Europa todos los Estados sostenían empeñadas guerras, en América los españoles trabajaban pacíficamente, colonizando aquellas tierras descubiertas hacía ya más de ciento cincuenta años.” (p. 138; p. 63 del original.)

“En España se hacía una vida profundamente religiosa y al mismo tiempo se gozaba de las riquezas y hasta los menestrales hubo tiempos en que vistieron de sedas y brocados.” (p. 139; pp. 64-65 del original; la cita hace referencia a los siglos XVI y XVII.)

"España civilizó América, y allí, millones de hombres hablan el español, profesan la Religión Católica que España les llevó y tienen las mismas costumbres y los mismos apellidos nuestros. Porque el Imperio Español fue para América lo que había sido para España, en la Antigüedad, el Imperio Romano.
   Aquellos países florecientes y prósperos surgidos del Imperio Español, llaman a España la Madre Patria." (p. 144; p. 70 del original.)

“Los rojos se hicieron dueños de Madrid, Barcelona, Valencia y otras poblaciones, donde han cometido millares de asesinatos de personas de orden, lo mismo ancianos que mujeres y hasta niños, martirizándolos con ferocidad.” (p. 148; p. 76 del original.)

[Las citas pertenecen al MANUAL DE LA HISTORIA DE ESPAÑA, editada por el Instituto de España en 1939.]

miércoles, 29 de enero de 2025

Antonio Gil de Zárate
DE LA INSTRUCCION PUBLICA EN ESPAÑA (I)
Madrid, 1885, IMPRENTA DEL COLEGIO DE SORDO-MUDOS, CALLE DEL TURCO.
Oviedo, 1995, Pentalfa (edición facsímil íntegra).



“Pero en vano se escribirán buenos libros, si los padres, por una mezquina economía, se resisten á comprarlos para sus hijos. A pesar de que esta clase de obras es, en general, de poco precio, y el interés de los autores estriba en que así sea, es increible lo que cuesta el conseguir que los niños se provean de las más precisas. En algunas escuelas solo hay un libro de propiedad del maestro que sirve para todos los alumnos; en otras, y esto se extiende  á comarcas enteras, los niños no usan para aprender á leer más que la Bula de la Santa Cruzada; y consta por comunicaciones de las autoridades, que en muchas partes los padres prefieren retirar sus hijos de la escuela á comprar los libros que se les encargan. El único remedio de este abandono, de esta invencible repugnancia, es el que se sigue en gran número de establecimientos, y que consiste en dar á los niños, por cuenta de la corporación municipal, los libros más necesarios, como igualmente papel y pluma para aprender a escribir.” (pp. 347-348; tomo I.)
[El autor se refiere a los libros de texto.]

Víktor Shklovski
MARCO POLO
Barcelona, 2024, Arpa & Alfil.


 

“El monje se sentó al borde del lecho del enfermo y se arregló la túnica. Colocó su mano sobre la blanca cabeza de Marco Polo y dijo:
   -La paz sea contigo, viajero, tu camino toca a su fin. Señor, en tu última hora, cuando has de presentarte ante nuestro Señor, debes reconocer las falsedades que has pronunciado. Admite, amigo, ante mí que soy un anciano, que no existen piedras que arden, que no hay tablas con las cuales se pueden imprimir libros, o bien se trata de una malvada brujería. Confiesa que has mentido, señor, cuando has contado que has recorrido el mar Índico. Hemos leído a Tolomeo y sabemos que el mar Índico es cerrado como un lago. Reniega de los mapas que se difunden con tu nombre. El mundo es sencillo, señor; yo te puedo explicar cómo está hecho. La tierra está construida como una «O», en la cual se inscribe una «T». Esta «T» divide a la tierra en tres partes. La parte mayor del círculo es Asia, las partes inferiores son Europa y África. Así lo dijo san Agustín. Eres un hombre alegre y, perdona a este viejo, has mentido como un mercader. Hemos leído tu libro. El mundo se ríe de ti, señor. Reconoce tu pecado y arrepiéntete. Dios, nuestro Señor, perdona una broma o un cuento inocente. Reconoce que no existen serpientes con pies y con una boca repleta de dientes. A las puertas de tu muerte, confiesa que no existe el dinero de papel ni un país en el que haya caminos lisos como el suelo y a lo largo de los cuales -da risa decirlo- se han plantado árboles. Y, lo que es más importante, reconoce que no existe un país en cuyo cielo no brille la estrella Polar. Las estrellas son eternas, las ha creado Dios nuestro Señor. ” (pp. 233-234)


miércoles, 22 de enero de 2025

César Fernández Moreno
ARGENTINO HASTA LA MUERTE
seriealfa.com




“y bueno soy argentino
éste es el revirado canto natal que yo traigo aquí
I'm sorry a usted le molestará sepa que a mi también
pero alguna vez tenemos que acercar la realidad a los papeles
esta bronca me sale de ser argentino
soy gaucho y entiendanló
soy de los de acá de este lugar y no de otro
soy argentino de la mejor y de la peor manera
mejorando las provincias presentes soy porteño
aquí me tienen al pié del obelisco mirando hacia arriba
yéndome de boca sobre el santo cielo
aquí me tienen en este cine aguantando al zanguango que me patea toda la noche el respaldo del asiento
aquí me tienen en esta esquina balanceándome peligrosamente sobre el cordón de la vereda
mientras los autos golosos
buscan la bocacalle como lechones convergentes contra la ubre materna
mientras las casitas de un piso más una balaustrada por si acaso
alternan con los rascacielos de las ensanchadas avenidas
como infantil escritura donde las letras vacilan tambalean
Buenos Aires me tenés en cafúa
yo no puedo vivir sin tu agua en los pulmones
no puedo vivir sin este frío sin este calor
me pongo el saco me saco el saco
me pongo el chaleco el pullover la camisa me los saco me los vuelvo a poner
pero definitivamente me abrigo bien
sobre todo a las tres de la tarde un día de verano en el barrio bancario
no vayan a pensar que éste es un país tropical
qué esperanza mijito nosotros somos muy civilizados tan nórdicos
como el mejor noruego…


…en cuanto a vos patria
sí patria a vos te estoy hablando
a vos ésa que está detrás de la palabra
vos che cielo favorito de los cúmulos cielo alambrado por el arco iris
cielo que día a día me revive con su añagaza de luz
cielo que tarde a tarde me asesta su beso plano
cielo que noche a noche me emborracha
vos che tierra que por ahora te dejás estar abajo mío
tierra de las ciudades afrentada de cloacas embozada de asfalto
tierra de los ejidos turbia de cascotitos y fósforos usados y los restos de un sapo
tierra del campo tierra terráquea mejilla de planeta
che patria que volás entre cielo y tierra como pájaro entre sus dos alas
yo te voy a decir lo que necesitás
necesitás muchos hijos insolentes calaveras
generaciones de hijos desalmados
que te quieran que te odien furiosamente
que te tomen como una curva cerradísima
que te tomen como una copa de cicuta
que te tomen la mano la cintura
yo pongo sobre vos y nada más que sobre vos todo mi cuerpo
a esta luz me dieron a esta luz me doy
y bueno soy argentino”
[versos finales]

P. V. Glob
LA GENTE DE LA CIÉNAGA (II)
Barcelona, 2012, Marbot.

 

“La muerte ha sido siempre el destino seguro de los seres humanos, y adopta las formas más diversas. Entre las gentes de la Edad del Hierro, conservadas en las turberas durante dos milenios, hemos visto las huellas de la muerte en sus formas más horribles. Jóvenes y viejos, hombres y mujeres, encontraban la muerte por degüello o estrangulamiento, ahorcamiento o ahogamiento, quizá después de haber sufrido tortura, mutilación y desmembramiento. Pero al mismo tiempo, las ciénagas han conservado la identidad de esas personas hasta nuestros días, mientras que todos sus contemporáneos y parientes a lo largo de los 800 años que abarca la Edad del Hierro temprana han desaparecido por completo o, si acaso, se han conservado como esqueletos en sus tumbas.” (p. 163)